Deformación y metamorfismo en la zona de Sanabria (provincias de Zamora, León y Orense, noroeste de España)

  • E. Martínez-García
    Universidad de Salamanca

Resumen

La zona de Sanabria comprende parte de las provincias de Orense, Zamora y León. Se encuentra situada en el llamado "Anticlinal del Olio de sapo", donde éste desaparece bajo el Terciario de la Meseta y en ella están representados materiales cuya edad abarca desde el Precámbrico-Cámbrico inferior hasta el Silúrico superior. Los terrenos precámbrico-cámbricos comienzan con la Serie de Porto, constituida por cuarcitas, esquistos diversos (con sillimanita, estaurolita, granate, andalucita y cloritoide), con distena como reliquia de un metamorfismo preherciniano de presión elevada, rocas carbonatadas (diversos tipos de mármoles con olivino, diópsido, epidota, tremolita, etc.), gneises anfibólicos, gneises piroxénicos, anfibolitas diversas (con hornblenda, actinolita, cummingtonita, etc.). En la parte superior predominan los gneises biotíticos y moscovíticos con algunas intercalaciones de esquistos y cuarcitas. Estos gneises se encuentran migmatizados y constituyen el tránsito a la formación Olio de sapo. En total, su espesor supera los 1.500 m. Sobre la misma y con tránsito gradual se encuentra la formación Olio de sapo, de 1.500-2.000 m. de espesor y formada por rocas volcánicas acidas e intermedias con cierto aporte detrítico. En el seno de la misma tuvo lugar el crecimiento de megacristales idiomórficos de feldespato durante el metamorfismo preherciniano, ya que éstos solamente se encuentran en zonas con señales de retro-metamorfismo, aunque su faciès sea actualmente epizonal. Por otra parte, estos feldespatos idiomórficos engloban parte de la matriz y de los constituyentes de la roca primitiva. No se encuentran, sin embargo, en la parte superior de la formación, menos metamórfica durante esta primera etapa de metamorfismo, observándose una transición gradual a la serie monótona de esquistos y cuarcitas del Ordovícico inferior o formación Puebla. A continuación se encuentra la formación Culebra, cuyo espesor no sobrepasa los 50 m. y que presenta la misma faciès que la cuarcita armoricana, con abundantes Cruzianas, Scolithus y Vexillum. Por encima de la misma afloran pizarras de color salmón y luego otras de color azul oscuro que no han podido ser datadas y que pudieran representar el Ordovícico medio-superior. En discordancia angular se encuentra por último la Serie de San Vitero, de edad Wenlock superior y constituida por liditas con graptolites, ampelitas con graptolites, rocas volcánicas acidas, grauvacas con restos de plantas, calizas con crinoides y conglomerados con cantos de rocas metamórficas. Se trata de una serie molásica que permite la datación de la primera deformación y del primer metamorfismo como de edad Wenlock. Del estudio microscópico de las rocas metamórficas de la zona se deduce además la existencia de otras dos etapas de metamorfismo posteriores. El segundo metamorfismo fue también de gran intensidad y el tercero muy débil. En conclusión se puede decir que el primer metamorfismo era de presión elevada y que afectó a la mayor parte de la zona en condiciones mesozonales. El secundo, de presión intermedia, actúa sobre una zona más restringida con esta intensidad y produce una migmatización regional al final del mismo, borrando en gran parte los efectos del primero. El tercero es más débil y solamente llega a producir biotita y cloritoide. En cuanto a las rocas graníticas, se encuentran dos granitos prehercinianos de tendencia alcalina, el Ortogneis de San Sebastián, de edad ordovícica, y el Gneis de Hermisende. Entre los hercinianos existen dioritas anfibólicas y biotíticas anteriores al final de la fase II, granodioritas porfídicas anteriores a la fase III, granodioritas moscovíticas anteriores y posteriores a la fase IV y granodioritas biotíticas con megacristales posteriores a esta última. Algunos de ellos producen metamorfismo de contacto. La tectónica de la zona muestra ser más compleja que los esquemas utilizados hasta ahora. Se pueden diferenciar cuatro fases principales de plegamiento y varias tardías y de fracturación. La primera fase da lugar a pliegues isoclinales tumbados hacia el Ε y con ejes de dirección NNE-SSW o N-S. A ella se asocia el primer metamorfismo y posiblemente da lugar a importantes corrimientos hacia el E. La segunda fase es también de gran intensidad, con pliegues tumbados hacia el NE de ejes NW-SE, y esquistosidad de plano axial que traspone las anteriores estructuras. A ella se asocia una etapa de metamorfismo de presión intermedia. Produce mantos de corrimiento de gran recorrido, posiblemente evolucionados a partir de pliegues tumbados semejantes al del Caurel. La fase III es menos intensa, pero produce pliegues vergentes hacia el NE sin esquistosidad asociada, hasta de orden kilométrico. A ella pertenecen los pliegues de la sierra de la Culebra. La fase IV produce estructuras mayores hectokilométricas y una esquistosidad de strain-slip asociada a crenulación de la esquistosidad principal. Las superficies de strain-slip están inclinadas hacia el NE y las grandes estructuras son las que marcan la distribución actual de los materiales. A esta fase se asocia un metamorfismo débil y produce la orientación de las granodioritas moscovíticas. Posteriormente se encuentran dos fases tardías de kinking. En cuanto a las fracturas, las más importantes son las de dirección NNE-SSW, de décrochement levógiro que afectan también a los complejos básicos del Ν de Portugal. Posteriormente se produce otro sistema E-W de juego vertical con elevación del bloque S que hace rejugar a las anteriores como fallas normales. En cuanto a la paleogeografía de los materiales paleozoicos se puede concluir que durante el Precámbrico-Cámbrico inferior, las faciès son similares a las del resto del noroeste de la Península Ibérica, mientras que en el Cámbrico medio y superior se pueden diferenciar dos faciès fundamentales, la faciès volcánica o feldespática y la faciès sedimentaria o de plataforma, la primera en la zona occidental del eugeosinclinal y la segunda en la oriental. Cerca de la zona externa puede haber superposiciones tectónicas, aunque el tránsito parece ser gradual en general. El surco donde la acumulación volcánica fue mayor es el llamado Anticlinal del Olio de sapo. En el Ordovícico inferior, la sedimentación vuelve a ser comparable en todo el noroeste y así sigue hasta el Silúrico inferior en que tiene lugar la primera fase de plegamiento. A partir de entonces, se deposita una serie molásica, algo diferente de la existente en la zona externa, pero de sedimentos comparables. Por comparación con las zonas externas, se llega a la conclusión de que las fases de deformación de la Sanabria tienen edades Silúrico superior, Devónico superior, Westfaliense inferior y Westfaliense superior o Estefaniense, las cuatro principales. Las etapas de fracturación son tardihercinianas. Por las analogías existentes entre las rocas de la Sanabria y las de los macizos básicos del NE de Portugal, es evidente que se encuentran relacionados como partes desgajadas de un mismo manto de corrimiento hacia el NE que ha cabalgado el Cambro-Silúrico de Tras-os-Montes. Este corrimiento ha originado la blastomilonitización observable en ambos complejos. Los complejos básicos representan las ofiolitas del geosinclinal cambro-ordovícico que culminó en el plegamiento silúrico. Su enraizamiento puede efectuarse en Galicia occidental (fosa blastomilonítica) o bien en un punto situado al oeste de la costa actual, si tenemos en cuenta la acción de un corrimiento hacia el Ε o SE, seguido de otro hacia el NE. La restricción de las rocas básicas a una zona determinada (complejos de Cabo Ortegal., Ordenes, Lalín, Braganza y Moráis) es comprensible puesto que las ofiolitas ocupan solamente una zona de la parte interna del geosinclinal, desapareciendo lateralmente hasta quedar solamente las rocas básicas existentes en la zona de Sanabria.
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