Trece años después de su publicación original, llega la traducción a nuestra lengua de la obra de Duane W. Roller Cleopatra. A Biography, publicada originalmente Por Oxford Univ. Press. Se trata de un caso más de la tan útil traducción de libros extranjeros que últimamente viene afrontando la editorial Desperta Ferro, con ejemplos tan sobresalientes como los libros de dibujo arqueológico de Jean-Claude Golvin, la biografía de César de Patricia Southern (2022) o el magnífico repaso del Segundo Triunvirato efectuado por Josiah Osgood en El legado de César (2023).
El nombre de la editorial suele provocar arqueamientos de cejas entre los revisores de artículos científicos al ser más conocida por su revista divulgativa. No obstante, la colección de libros cuenta con obras con perfecto rigor académico, y el presente caso no es una excepción: siempre con citas muy precisas, ofrece una bibliografía suficientemente nutrida tanto de fuentes secundarias como primarias, encontrándose entre las últimas documentos literarios e historiográficos, epigráficos y papirológicos. Tanto esto como el estado de la cuestión realizado en la introducción demuestran un conocimiento y una comprensión excelentes de las fuentes textuales. Tan solo hemos echado en falta la correcta referenciación de las múltiples imágenes empleadas, que solo en ocasiones indican autoría. En el caso de piezas de museo, no presentan ni lugar de depósito ni número de inventario, si bien siempre cuentan con identificaciones y descripciones detalladas. Por otro lado, la decisión editorial de ubicar las notas al final de cada capítulo y no al pie de página puede resultar incómoda si estas se quieren consultar según se encuentran, aunque también puede servir para una lectura más ágil y centrada, dejando su consulta para una revisión posterior a la finalización del capítulo.
Duane W. Roller es doctor en arqueología clásica por la Universidad de Harvard y profesor emérito de la Universidad Ohio State. Sus principales líneas de investigación son la geografía antigua —con especial énfasis en las expediciones—, las mujeres en la Antigüedad, la historia política del Oriente romano y la recepción de la Historia Antigua en la ópera.
El traductor es Jorge García Cardiel, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y secretario de la revista Gerión. Es especialista en la Hispania prerromana y republicana en general, y en la de tiempos de la Segunda Guerra Púnica en particular. Por lo tanto, se trata de alguien familiarizado tanto con la Historia Antigua como con la edición de trabajos académicos. Su labor no merece reproche, sin reparo en recurrir a notas explicativas para evitar cualquier posible caso de lost in translation e incluso matizar cuestiones no tan solo de lengua sino también de contenido.
Esta edición comienza con un prólogo a cargo de Patricia González, investigadora y divulgadora ampliamente conocida por sus aportaciones al estudio de las mujeres romanas desde el punto de vista de la filosofía del género postmoderna y estrechamente vinculada a la editorial a cargo de esta edición. En consonancia con su ámbito de investigación, dirige el foco hacia la transmisión y recepción de la imagen de Cleopatra creada por la propaganda octaviana, subrayando su influencia en la cultura popular. Lleva a cabo un inventario de los principales tópicos que deforman su figura y reivindica su brillantez política como reina oriental. Unas páginas apropiadas pero redundantes, pues el propio Roller nos ofrece lo mismo en la introducción.
La obra se divide en nueve capítulos. El capítulo 1 se titula Los antepasados de Cleopatra y el contexto histórico. Comienza con una sucinta pero valiosa presentación de las vinculaciones y la identidad cultural de la dinastía ptolemaica, seguida por la presentación de los miembros de la familia de Cleopatra. Tras esto continúa con un esbozo estructural de las relaciones de Roma con Oriente después de la Tercera Guerra Púnica, para seguir con el plato fuerte: el reinado de Ptolomeo XII. Se pone el foco sobre dos asuntos: por un lado, la progresiva caída de Egipto bajo el control cada vez más firme de Roma; por otro, los difíciles problemas estructurales heredados por Cleopatra al principio de su reinado. Estos problemas eran principalmente tres: el endeudamiento, la dependencia de Roma y la no aceptación de esta por los egipcios. En todo caso, Roller considera la situación como estructural y no coyuntural, valorando a Ptolomeo XII como un rey capaz al que le tocó vivir un muy mal momento.
El capítulo 2 se titula La herencia tolemaica y la relación con Roma. Trata los gobiernos de los reyes Lágidas desde Ptolomeo I hasta Ptolomeo VIII, dedicando especial atención precisamente a estos dos. Con Ptolomeo I y II se habla de cuestiones internas como la búsqueda de un equilibrio entre lo griego y lo egipcio, la creación de la Biblioteca y el Museo o la normalización del incesto. Para el resto de reyes lo que interesa son las relaciones de Egipto con Roma y el papel de esta última como mediadora en los conflictos con el Imperio seléucida. A lo largo del capítulo se va señalando cómo diversas cuestiones pudieron sentar precedentes para Cleopatra o influir en ella, aunque dado que estamos hablando de dos siglos y medio de historia sería conveniente tomar estos paralelismos con cuidado. Consideramos extraña la ordenación del capítulo dentro de la obra, pues tendría más sentido ubicarlo antes del primero por razones cronológicas, sobre todo cuando la perspectiva de ambos es la misma: el gobierno de los Ptolomeos anteriores a Cleopatra y la progresión de las relaciones con Roma.
El capítulo 3 se titula La juventud y educación de Cleopatra. Es un capítulo altamente especulativo que, ante la ausencia de información directa, acude al análisis del panorama filosófico de Alejandría en época de Ptolomeo XII y de los fondos disponibles en la Biblioteca para deducir cómo pudieron influir en la formación de Cleopatra. Tan solo se cuenta con dos datos positivos: por un lado, el listado de lenguas que según Plutarco hablaba la reina, tratadas por el autor una a una a fin de presentar el territorio al que estaban asociadas y la utilidad que podían tener para una reina de Egipto; por otro, los fragmentos de un tratado τὸ κοσμητικόν firmado por una tal Cleopatra, y que se ha atribuido desde época tardoantigua a la Cleopatra por antonomasia. Las conclusiones son que Cleopatra se educó en un ambiente filosófico ecléctico en el que convivían ideas académicas, estoicas y peripatéticas, y que su conocimiento tanto de idiomas como de cosmética se vieron facilitados por el especial interés de la Biblioteca en la traducción, la medicina y la farmacología.
El capítulo 4 se titula Convertirse en reina (51-47 a.C.). Describe la vida de Cleopatra desde la muerte de su padre hasta el abandono de Egipto por parte de César con destino el Ponto. Como no podía ser de otra forma, los tres temas principales son la competencia por la hegemonía entre Cleopatra y el partido de Ptolomeo XIII, el papel de Egipto en la guerra civil romana y las relaciones de la reina con César.
El capítulo 5 se titula La consolidación del Imperio (47-40 a.C.) y cubre desde el final del capítulo anterior hasta la Guerra de Perusia. Trata tanto sobre las relaciones entre Cleopatra y César hasta su muerte — incluyendo la influencia que esta pudo tener en él— y como el comienzo de las mantenidas con Antonio desde su encuentro en Tarso hasta el matrimonio del triunviro con Octavia. Es transversal a todo el capítulo la preocupación de Cleopatra por conseguir un aliado —incluso una pareja— que garantizara el apoyo de Roma a Egipto, tanto para evitar la provincialización como para dar forma a su proyecto de restauración imperial. Por otro lado, también se dedica amplio espacio a la cuestión dinástica, con la búsqueda de una pareja adecuada, la necesidad de asegurar un mínimo apropiado de herederos, la importancia de programar los embarazos cuando se es reina, así como la importancia de sus hijos y de su rol como madre en la imaginería (desde la asociación con Isis como madre soltera hasta los nombres escogidos para Alejandro Helios y Cleopatra Selene).
El capítulo 6 se titula Los años del apogeo (40-34 a.C.). Comprende todos los acontecimientos en torno a la campaña parta, desde el regreso de Antonio a Oriente para su preparación hasta el estrechamiento de las relaciones con Cleopatra y la enemistad con Octaviano tras su fracaso. Se explican con detalle las pretensiones de Cleopatra sobre los territorios históricos del imperio ptolemaico y el modo en que le fueron otorgados, así como se describen la red de reinos clientelares construida por Antonio y el proyecto dinástico de los repartos de Alejandría.
El capítulo 7 se titula El funcionamiento del reino y consta de cuatro apartados: “La administración real” (7.1), “El programa de edificación de la corona” (7.2), “Isis y Dioniso” (7.3) y “La política exterior y la cuestión de Herodes el Grande” (7.4). En 7.1 se trata principalmente la economía del Egipto de Cleopatra, con la ingente deuda heredada de Ptolomeo XII y las hambrunas derivadas de las pobres crecidas del Nilo, pero también las medidas tomadas por la reina para paliar los problemas y la ayuda de un comercio con la India relativamente intenso. Por otro lado, se tratan los principales personajes a cargo de la administración, con griegos al frente y egipcios en los niveles inferiores, siendo muchos cargos probablemente hereditarios. En 7.2 se hace un repaso del programa constructivo de Cleopatra: las reparaciones y reconstrucciones de los edificios y zonas dañados en la guerra de Alejandría (entre ellos la Biblioteca), el Cesareion y el Foro Julio, su propio monumento funerario, un palacio real que tal vez fuera reformado y, fuera de Alejandría, los templos y la fundación de ciudades. En 7.3 se tratan la asociación de Cleopatra con Isis y la de Antonio con Dioniso, de una forma tal vez demasiado sucinta teniendo en cuenta la importancia del asunto, bien es cierto que el tema aparece transversalmente en múltiples capítulos. En 7.4 se describen las relaciones entre Cleopatra y Herodes el Grande, en particular las tensiones y los conflictos derivados de la confluencia en sus intereses territoriales. El proyecto de restauración imperial de la egipcia chocaba con la soberanía del rey judío sobre los territorios asmoneos, además de que un excesivo desmembramiento de su reino no era conveniente para la estabilidad de la región. De este modo, se impuso la necesidad de buscar un difícil equilibrio entre las pretensiones de una y otro.
El capítulo 8 se titula Erudición y cultura en la corte de Cleopatra. Se hace una prosopografía de los círculos intelectuales y artísticos en la Alejandría de la época. Se hace un repaso de filósofos, médicos, astrónomos, historiadores, pintores, músicos, tutores reales, etc., Se destaca el continuismo en época augustea, de modo que aun con la desarticulación de la corte de Cleopatra la mayoría de los intelectuales siguieron ejerciendo sus funciones, tanto en Alejandría como en Roma o en las cortes de los reyes orientales.
El capítulo 9 se titula El hundimiento (34-30 a.C.). Abarca desde las donaciones de Alejandría hasta la muerte de Cleopatra, pasando así por la guerra propagandística primero y el conflicto armado después. Se hace una buena presentación de los ataques contra-propagandísticos entre los triunviros, se detalla el papel de los reyes aliados en la guerra y se describen minuciosamente los sucesos entre el regreso de Antonio y Cleopatra a Egipto y su muerte, aunque sin llegar a repasar toda la información ofrecida por las fuentes.
La obra termina con un Epílogo en el que se describen los destinos corridos por Egipto y por los hijos de Cleopatra a la muerte de esta, finalizando con un par de párrafos sobre la influencia de su figura y sus ideas en la posterioridad, desde la “egiptización” de Roma hasta personajes como Zenobia de Palmira.
Finalmente, se ofrecen seis apéndices: un cronograma de la vida de Cleopatra (I), el árbol genealógico de la dinastía Lágida (II), un estado de la cuestión del debate sobre la identidad de la madre de Cleopatra (III), otro sobre si Cleopatra fue o no ciudadana romana (IV), una recopilación de las descripciones de la reina en la literatura clásica (V) y un estudio de sus representaciones iconográficas (VI).
Resta una valoración general. En pocas palabras, se trata de una obra sintética a la vez que profunda. Sintética por no ofrecer toda la información que las fuentes nos ofrecen de la vida de Cleopatra, sino más bien un resumen tamizado por una cierta agilidad narrativa, de modo que lo importante quede dicho sin detenerse demasiado en ello. A pesar de lo cual no faltan, e incluso abundan, los excursos, en los que el autor dedica hasta tres páginas a asuntos en ocasiones anecdóticos, mientras que otros de mayor importancia son despachados con suma rapidez.
Profunda, no obstante, por la gran capacidad de contextualización de un autor que no en vano es especialista en el Oriente romano. Su conocimiento de la geografía, las relaciones inter-estatales y la historia interna de cada reino permite una capacidad de análisis que no se encuentra en todas las obras sobre la reina. En ocasiones, esta fortaleza sirve al autor como compensación cuando no tiene demasiado que decir sobre un tema particular —perdiéndose en descripciones geográficas innecesarias o en tramas palaciegas de reyezuelos— pero, en general, sirve para entender el contexto sobre el que operaban Antonio y Cleopatra y la realidad política que guiaba sus acciones.
El autor esquiva exitosamente la tentación de convertir su obra en una historia del Segundo Triunvirato. La mirada queda fija de principio a fin en Cleopatra y en Oriente, de modo que Octaviano y Occidente no son protagonistas, sino personajes secundarios sobre los que no se presta atención fuera de su relación con Cleopatra. Del mismo modo, Antonio, a pesar de su protagonismo, deja de interesar en los momentos en que se halla en Roma. La delimitación del objeto de estudio, por tanto, es clara y se respeta.
Se trata, en conclusión, de un libro muy agradable de leer y con un rigor académico incuestionable, útil para profundizar en una contextualización del periodo desde un punto de vista oriental, aunque consideramos preferible acercarse a ella con un conocimiento previo del periodo para que su ritmo apresurado no suponga problemas de comprensión.
Lucas Tamargo López
Universidad Autónoma de Madrid
lucastamargo01@gmail.com