Martina Alonso Lago. Licenciada en Medicina y Cirugía. Universidad de Zaragoza. Graduada en Humanidades por la UNIR. Universidad Internacional de La Rioja. Médico Interno Residente en Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza (1993-1997). Título de especialista en Oncología Médica. Hasta 2002: Oncólogo Médico en el Hospital de Barbastro. Desde el 26 de Agosto del 2002 hasta la actualidad: Oncólogo Médico en el Hospital San Pedro de Logroño. Participo de la docencia post-grado del Hospital San Pedro desde Octubre de 2008 hasta la actualidad. Varias publicaciones en libros y revistas científicas.
Pensamos que la “nueva normalidad” que nos toca vivir por este estado de pandemia es algo muy moderno y excepcional. Hemos buscado en el arte ejemplos de la actitud en otras epidemias, desde la Edad Media hasta nuestros días, y hemos podido constatar que nuestras prácticas actuales ya tienen un referente previo.
We think that the "new normal life" that we have to live in this pandemic state is something very modern and exceptional. We have looked for examples of the attitude in art of other epidemics, from the Middle Ages to the present day, and we have been able to verify that our current practices already have a previous reference.
Es un buen ejercicio y reflexión, en estos tiempos de pandemia tan atípicos en una vida humana, pero tan comunes a lo largo de la historia, el buscar en el arte las muestras de las nuevas normas y hábitos que hemos de adquirir. En las obras artísticas podemos ver el reflejo de tiempos pasados y su visión, así como las denuncias y homenajes que ahora nos parecen tan actuales.
No es objetivo de este trabajo el analizar toda la historia del arte en lo referente a pandemias, del cual se podría escribir toda una monografía, sino buscar en el periodo que abarca desde la Baja Edad Media, del arte moderno y contemporáneo ejemplos de lo que ahora nos parece nuevo para nosotros.
Hemos vivido o por lo menos visto, las imágenes de las urgencias desbordadas, no ya sólo en esta epidemia del COVID-19, sino año tras año en la temporada de la gripe. Los pacientes se acumulan en situaciones penosas y son atendidos como buenamente se puede por todo el personal sanitario. También hemos sido testigos de tener que utilizar incluso pistas de patinaje artístico como morgue por la falta de capacidad de las habituales. Salvando las distancias, traigo a colación la pintura
Poussin dota a sus pinturas de contenido moral, y nos presenta una pintura de estilo neoclasicista
El aspecto quizá más duro de las epidemias es el tener que dejar aislados a los enfermos potencialmente contagiosos. Ya en el
Un burgués impide la entrada a la ciudad amurallada de un leproso (con la carraca) y un tullido (con muletas). En esta pintura vemos un ejemplo del arte gótico, en un espacio irreal, plano, sin perspectiva, donde el tamaño de las figuras habla más de lo que se quiere destacar que de proporcionalidad. Se ve la línea elegante del dibujo y los colores vivos, con muy discretos detalles dorados.
Todos recordamos como a las puertas del confinamiento muchas personas se fueron a sus segundas residencias. No fue una buena idea, pero la huida de la enfermedad ha existido siempre, lo vemos de nuevo en el
Vemos una lámina que posiblemente por los trazos que se aprecian esté hecha a plumilla. Estamos en el siglo XIX, siglo del romanticismo donde la representación de los sentimientos, las atmósferas y la naturaleza alcanzan un gran esplendor. Por otro lado, aunque un poco más tardío y como reacción a la Revolución Industrial y deshumanización de las máquinas surge el realismo, movimiento prácticamente contrario que denuncia la situación real y descarnada que viven muchas personas (
Una de las cosas más duras que hemos visto durante nuestra actual pandemia ha sido el hecho de tener aislados a los enfermos y, como consecuencia, los fallecimientos de los pacientes graves en soledad (en cuanto a la familia se refiere). El tratamiento de los cadáveres ha sido muy escrupuloso con funerales muy limitados de aforo. Como ejemplo artístico presentamos a la
Estamos en el Quattrocento, en el Renacimiento, aunque en esta pintura de Benedetto Bonfigli encontramos más rasgos del gótico, como el uso de dorados en su pintura y en el fondo, así como en las líneas de su dibujo. No hay perspectiva y el tamaño de los personajes viene dado por su relevancia. Con figuras con poco volumen. Vemos la importancia de la virgen en su mayor tamaño y como abre su manto para protección de la población. A los pies, se lleva a cabo una lucha entre la muerte en forma de esqueleto alado y un ángel protector, con los cadáveres extramuros de la ciudad (
Protagonismo especial han tenido los EPI durante nuestra actual pandemia, la escasez de ellos en un primer momento hizo que los profesionales pasaran grandes apuros y acudieran a fabricaciones caseras para capear el temporal.
Ya podemos ver en alguna ilustración del siglo XVII que el galeno llevaba una vestimenta de protección y una mascarilla que ha servido de inspiración a muchas máscaras venecianas. La ilustración de Pulus Fürst (1656) muestra el traje diseñado por el médico de Luis XIII para la epidemia de Marsella. Se trata de un dibujo, en blanco y negro, aclarativo y de líneas sencillas. En la máscara se introducían hierbas aromáticas y perfumes para sobrellevar la fetidez de los enfermos. El bastón debían llevarlo todos aquellos que tuviesen contacto con los enfermos
Se han hecho habituales en nuestro atuendo diario, pero al principio de la pandemia la escasez de estas hizo que muchas personas se las ingeniasen para hacerlas caseras, apareciendo recomendaciones y tutoriales en internet. Como vemos esto no es nuevo, ya en el siglo XIX las clases populares altas huían con la protección que podían. En esta caricatura, se ve a una familia que las lleva posiblemente de mimbre
En las caricaturas se busca un tono humorístico exagerando aquellos rasgos más representativos para llamar la atención sobre algún aspecto en particular. Ya desde la Antigüedad se usaba y es un recurso que se ha mantenido hasta nuestros días
Las profesiones sanitarias suponen momentos de renuncia a la seguridad propia por la ayuda al prójimo. Nos han quedado ejemplos de la valentía de los médicos franceses ante la fiebre amarilla de 1821 en Barcelona
Dentro del
También hemos visto como han surgido manos amigas que han acercado la compra a aquellos que no podían salir o, se han ofrecido a otras tareas para ayudar a aquellos más vulnerables.
Estamos ante una obra de Goya del Romanticismo temprano, no interesa la razón, sino el hombre, sus sentimientos, lo pesimista y lo siniestro que logra creando una atmósfera inquietante y brumosa, con la iluminación que llega desde la ventana de atrás, dejando las zonas más próximas en sombra. Pero la grandeza de Goya viene por ser un adelantado a su tiempo por su Impresionismo en una pintura poco definida, Expresionismo en su dramatismo y Surrealismo por una imagen que parece soñada
El escultor Pepe Espaliú enfermo de SIDA realizó una performance
En los momentos duros es cuando nuestros políticos deben demostrar estar a la altura. Lo harán con mayor o menor acierto, pero lo que es claro que intentarán sacar rédito político.
En esta pintura vemos a Napoleón rodeado de apestados tocando el bubón de uno de ellos en un gesto de gran valentía
Volvemos a ver el heroísmo, la importancia del hombre y sus penalidades y el ambiente arquitectónico y atmosférico propio del romanticismo.
El miedo o la ignorancia a veces nos hacen negar la evidencia. La epidemia de COVID-19 no se ha librado de aquellos charlatanes que piensan en ella como maniobra de distintos poderes para manipular a la población. Es curioso como los bulos se hacen “virales” y hay personas que dan credibilidad a las teorías más extrañas sobre tratamientos y conspiraciones. En la historia ha habido momentos en los que la información se ha censurado, como en la llamada “gripe española” que adquirió este calificativo porque fue la prensa de nuestro país la primera en hablar sobre ella, ya que en 1918 España no participaba en la Primera Guerra Mundial y no existía el problema de minar la moral de las tropas, que por otro lado fueron las que favorecieron la rápida diseminación de la enfermedad con una mortalidad que llegó a casi los 40 millones de personas. En otras ocasiones la sociedad ha querido mirar hacia otro lado como en la epidemia del SIDA, estigmatizando la población homosexual, la prostitución y la drogadicción. Las siluetas de Keith Haring que falleció de SIDA, hacen alusión a la ignorancia, el miedo y el silencio
En el otro extremo, hemos protagonizado escenas de aliento y apoyo popular hacia todas aquellas personas que de una forma u otra estaban luchando con la enfermedad o procurando apoyo y alimento a la población. Ha sido una imagen habitual los aplausos en los balcones a las ocho de la tarde y las amenizaciones musicales que algunos vecinos han improvisado. Todo ello ha dado lugar distintas exposiciones fotográficas, que son un magnífico ejemplo de nuestro arte contemporáneo. La fotografía ha pasado de ser algo que se hacía una o dos veces en la vida hace dos o tres generaciones, a un medio de masas presente prácticamente casi todos los días en nuestras vidas, de ahí que su trivialización haga que cada vez más personas busquen el lado artístico de las mismas y sea complicado y confuso encontrar la buena calidad.
De nuevo el