ISSN: 1130-2887 - e-ISSN: 2340-4396
DOI: https://doi.org/10.14201/alh.31159

Medición de la reversión del desplazamiento del ckunza de San Pedro de Atacama: una primera aproximación

Measuring the Reversal of the Displacement of the Ckunza Language of San Pedro de Atacama: a First Approximation

Elizabeth Mónica Torrico Ávila elizabeth.torrico@uantof.cl 1

Roberto Guerra-Mejía robertgm27@comunidad.unam.mx 2

1 Universidad de Antofagasta

2 Universidad Nacional Autónoma de México

Envío: 2022-12-31

Aceptado: 2023-07-01

Publicación: 2024-04-23

RESUMEN: El ckunza, una lengua de los lickan antai chilenos, se considera extinta. Su comunidad ha trabajado en recuperarla desde 2010. Este estudio descriptivo-cuantitativo examina el conocimiento y uso de la lengua entre los miembros de la comunidad atacameña. Los resultados revelan un incipiente retroceso en el proceso de desplazamiento del ckunza. Este artículo contribuye a los esfuerzos de revitalización lingüística aportando a la planificación lingüística y la investigación en este campo.

Palabras clave: ckunza; desplazamiento lingüístico; planificación lingüística; revitalización lingüística; minorías lingüísticas

ABSTRACT: The Ckunza language of the Chilean Lickan Antai is regarded as extinct. This community has worked on its revival since 2010. This descriptive-quantitative study explores the knowledge and use of the language among the members of the Atacamenean community. The results reveal an emerging reversal of the displacement of the Ckunza language. This article contributes to support the struggle for language revitalisation by supporting language planning as well as research in this field.

Keywords: ckunza; language displacement; language planning; language revitalisation; minority languages

I. Introducción

Este trabajo tiene como objetivo presentar un primer diagnóstico de los esfuerzos para revertir el desplazamiento de la lengua ckunza de San Pedro de Atacama. Cabe mencionar que no se han llevado a cabo hasta la fecha estudios que hayan dado cuenta de la reversión del desplazamiento del ckunza. Por ello, este trabajo es de carácter exploratorio y contribuye a sentar las bases para una propuesta de medición del conocimiento de esta lengua.

Para contextualizar, es conveniente informar que el ckunza es una lengua considerada extinta desde la década de 1950 (Mostny et al., 1954; Vaïsse et al., 1896; San Román, 1890), aunque una vez fue hablada por el pueblo atacameño durante el periodo prehispánico. No obstante, en las últimas dos décadas, la población de San Pedro de Atacama, territorio histórico de la lengua ckunza, en la región chilena de Antofagasta, ha realizado esfuerzos para rescatar y revitalizar la lengua. Estas acciones han estado a cargo del Consejo Lingüístico de la Lengua Ckunza, el cual ha propuesto los lineamientos para su revitalización desde el 2010, año de su creación. Por lo que, en este estudio, se busca medir el impacto de las diversas actividades y políticas lingüísticas enfocadas a promover la enseñanza-aprendizaje del ckunza en la comunidad atacameña chilena.

Para llevar a cabo lo anterior, se intentó identificar la posible existencia de neohablantes del ckunza, lo cual implicó localizar a los individuos que han participado en las actividades para el aprendizaje del ckunza como segunda lengua, así como conocer el grado de conocimiento que pudieran haber desarrollado de la lengua. Dicho estudio se llevó a cabo entre 2018 y 2021 en tres comunidades de la región de Antofagasta: San Pedro de Atacama, Calama y Antofagasta.

Con el fin de brindar un panorama del estado actual de la lengua ckunza, primero, se provee un marco histórico-contextual de las causas que empujaron a la extinción de esta lengua indígena como consecuencia de procesos imperialistas, colonizadores y globalizadores. A partir de este recuento histórico, se apunta a explorar en profundidad la influencia lingüística que tuvieron estos diferentes asentamientos humanos en esta zona nortina. Posteriormente, se hace una revisión teórica de la reversión del desplazamiento lingüístico, así como del papel que tienen los neohablantes en dicho proceso. Enseguida, se informa de las diversas políticas y planificaciones lingüísticas formales e informales que han contribuido al rescate de la lengua lickan antai. Finalmente, se concluye con el análisis y la discusión de los resultados obtenidos, los cuales visibilizan la dirección que deben tomar las futuras acciones para el rescate del ckunza, lengua que se ha posicionado como un elemento identitario crucial de la comunidad atacameña.

II. Contexto sociolingüístico de la lengua ckunza

II.1. Territorio histórico atacameño: San Pedro de Atacama

Según Soler (2013) y Reyes Aymani (2015), tradicionalmente, los hablantes del ckunza poblaron el territorio que abarcaba las comunidades de San Pedro de Atacama en Chile y se extendía fuera de las fronteras nacionales, llegando a las localidades de Olaroz y Susques ubicadas en la Puna Jujeña de la provincia de Jujuy en Argentina, así como al altiplánico departamento de Lípez al sur de Bolivia (ver Figura 1). Aún en la actualidad, esta población indígena se encuentra presente en estos países, compartiendo no solo la lengua, sino también la identidad étnica; cuya autodenominación es atacameños o lickan antai, mientras que, en el sector boliviano, se reconocen como Nación Chichas (Tarcaya, 2016).

Figura 1. Territorio de los lickan antai

Fuente: Tomado de Gundermann (2004).

En el caso concreto de Chile, históricamente, el espacio geográfico ocupado por los hablantes del ckunza «puede localizarse en la cuenca hidrográfica del Salar de Atacama y sectores adyacentes compuestos por pequeños valles tipo oasis y por ayllos dispersos en el sector, ubicados al interior de la provincia de El Loa» (Lehnert, 1987, p. 104) en la comuna de San Pedro de Atacama, perteneciente a la región de Antofagasta, conocida también como Región II (véanse Figura 2 y Tabla 1).

Figura 2. Ubicación geográfica de San Pedro de Atacama

Nota: En este mapa se puede observar la división territorial por comunas de la región de Antofagasta.

Fuente: Tomado de Saint Pierre Barrera et al. (2020).

No obstante, hoy en día, los atacameños están dispersos por toda la región de Antofagasta e incluso en otras regiones del país. Por ejemplo, la mayoría de los atacameños suelen dejar San Pedro de Atacama y desplazarse a las ciudades de Calama y Antofagasta con el propósito de trabajar y cursar la educación secundaria y universitaria.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de Chile realizado el año 2017 (INE, 2018), se estima que hay 30 369 personas (14 873 hombres y 15 496 mujeres) que se autodenominan lickan antai o atacameños de un total de 17 076 076 habitantes, lo que equivale al 1.23 % de la población nacional; de ese total, 25 262 (83.18 %) personas habitan en la región de Antofagasta, en donde convergen con otros grupos étnicos como el quechua y el aymara1. Se calcula que hay 10 446 quechuas y 12 861 aymaras respectivamente que habitan esta región. Cabe destacar que, debido al atractivo turístico que tiene San Pedro de Atacama, esta zona atrae migrantes provenientes no solo del interior del país, sino de todo el mundo y, en especial, de los países vecinos.

Tabla 1. División político-administrativa de la región de Antofagasta-Chile

Región

Provincia

Comuna

Región de Antofagasta

Provincia de Antofagasta

Antofagasta

Mejillones

Sierra Gorda

Taltal

Provincia de Tocopilla

Tocopilla

María Elena

Provincia de El Loa

Calama

Ollague

San Pedro de Atacama

Fuente: Con información de Biblioteca del Congreso Nacional (2023).

II.2. Revisión histórica de la vitalidad de la lengua ckunza

Uno de los pioneros del estudio del ckunza fue Roberto Lehnert (1987), quien se embarcó en la búsqueda de los rastros de la lengua con el objetivo de delinear una cronología de su uso. Por su parte, Casassas Cantó (1974) señala que el capellán fray Juan de Cárdenas reportó que, en la época de la conquista, los atacameños hablaban una lengua propia, diferente al quechua y aymara, y cita textualmente las palabras expresadas por el religioso: «[…] porque la lengua que allí hablan no es ni quichua ni aimara […] no saven más lengua que la materna suia (sic)» (p. 51). Por otro lado, Le Paige (1975) relata que Cristóbal Díaz de los Santos, cura español en San Pedro de Atacama, aprendió el ckunza y predicó a los atacameños en esa lengua a mediados del siglo XVI.

Phillipi (1860), quien visitó la región atacameña desde 1853 a 1854, indicó que la lengua atacameña se hablaba y era diferente a las otras lenguas originarias empleadas en la región. Además, aseveró que «[e]s muy singular que los Atacameños hablan un idioma particular, enteramente distinto del quichua y del aimará como del chileno» (p. 56). De igual manera, la Dra. Greta Mostny grabó canciones y conversaciones en la lengua ckunza como parte de sus investigaciones en el poblado de Peine, en San Pedro de Atacama, durante su segundo viaje a Chile en la década de los cincuenta. Durante su estancia, esta investigadora observó que el ckunza ya estaba prácticamente extinta desde hacía cerca de 60 años, tal como lo comenta a continuación:

Durante una visita anterior (mayo 1949) un vecino nos informó que había todavía gente de edad que habla el antiguo idioma de los atacameños, el cunza, el cual había sido considerado como extinguido desde más de medio siglo. Investigaciones más cuidadosas durante el último viaje demostraron, que con excepción de uno u otro viejo, ya no se habla el idioma con fluidez. Pero muchas personas, especialmente las de más edad, poseen todavía un más o menos extenso vocabulario en cunza […] textos completos en cunza se usan todavía en algunos cantos ceremoniales [Talatur] […] pero ya no existe nadie, por lo menos en Peine, que entienda los textos completos. (Mostny et al., 1954, p. 66)

Lo reportado por la Dra. Mostny fue corroborado por viajeros y presbíteros que llegaron al norte chileno en el siglo pasado, quienes comentaron que el ckunza ya se encontraba extinto en esos tiempos. Asimismo, otros autores como Vaïsse et al. (1896, p. 5) informaron que «[l]a lengua atacameña o kunza, ya pertenece a las lenguas estintas (sic)». En el mismo sentido, San Román (1890, p. 5) alertó de la inminente desaparición de los hablantes de la lengua, argumentando que:

[…] algunos de los pocos indios cunzas que conservan restos de su antigua lengua, muy ancianos todos ellos y que no han transmitido su uso a la actual generación, […] la lengua atacameña va desapareciendo y perdiéndose en el olvido, y tan pronto como como hayan expirado los poquísimos octogenarios que aún conservan su uso, […] no quedará de ella [cunza] el menor vestigio.

Las causas de la extinción de la lengua ckunza de San Pedro de Atacama pueden explicarse a partir de los procesos de desplazamiento lingüísticos causados por el imperialismo, la colonización y la globalización que han azotado y reestructurado la población chilena, cuyo impacto se tratará en el siguiente apartado.

II.3. Desplazamiento del ckunza

De acuerdo con la revisión literaria (Bitar, 2004; Fernández, 2010; Soler, 2013; Torrico-Ávila, 2016, 2017, 2019; Segovia, 2015, 2017), las lenguas que se hablaron en el periodo prehispánico en lo que se conoce como el norte grande de la actual República de Chile fueron el ckunza de los pueblos atacameños y collas y el kakán de los diaguitas. Mientras que los primeros poblaron las actuales regiones de Antofagasta y Atacama, la comunidad diaguita se asentó entre la región de Atacama y Coquimbo. Históricamente estos grupos étnicos eran trashumantes y entraban en frecuente contacto entre ellos y también con las comunidades indígenas del lado argentino. Durante dicho periodo, llegaron a estos territorios los imperios Tiwanaku y el Incanato, ambos desde el lado peruano, y trajeron consigo sus lenguas: el aymara y el quechua respectivamente. Aun cuando estas lenguas comenzaban a ganar mayor presencia en el espacio lingüístico del norte chileno, convivían sin dificultad con las lenguas autóctonas de la zona.

Más adelante, cuando los españoles llegaron al territorio chileno, periodo que se conoce como colonia, trajeron consigo la lengua castellana, la cual fungió como medio para evangelizar a la población autóctona y anexar el territorio a la Corona española. Sin embargo, los indígenas de la zona y los colonizadores no se pudieron comunicar por medio de esta lengua, por lo que recurrieron al uso del quechua y el aymara como linguas francas, ya que los españoles aprendieron esa lengua al asentarse en territorio peruano. La imposición de estas nuevas linguas francas desplazó a las lenguas originarias que pasaron a ser lenguas minoritarias desde ese periodo.

Durante la conquista, el quechua, el aymara y el castellano estaban plenamente esparcidos en el territorio nortino chileno. Sin embargo, por causas geográficas, el castellano se consolidó en la costa chilena, mas no fue así de exitoso en las montañas andinas, debido a la altura y el clima menos favorable para el establecimiento europeo. Aunque la comunicación entre los diferentes pueblos había sido posible, el rey Carlos III de España exigió el uso del castellano como única lengua oficial de las colonias españolas al final de la conquista. Esta ordenanza se materializó por medios coercitivos, castigando a los indígenas que osaran hablar sus lenguas nativas, ya fueran azotes en las plazas de los pueblos, cortes de cueros cabelludos y de lenguas (Segovia, 2015, 2017). La implementación de estas políticas lingüísticas informales en el territorio atacameño fue en detrimento del uso del ckunza por parte de sus hablantes, lo que desencadenó la extinción de la lengua alrededor de 1950, como se ha mencionado.

Otro de los factores que concretaron la pérdida de la lengua lickan antai fue la introducción de la política lingüística formal que estandarizó el uso de la lengua castellana para la República de Chile a través de la Constitución nacional en que se reconoció el castellano como lengua de facto (Torrico-Ávila, 2016). Es en el 2003 cuando se lanza la política lingüística para la enseñanza del inglés, «Chile Bilingüe» (Decreto 81, 2004), la cual tuvo como objetivo convertir al país en bilingüe español-inglés para el año 2010 y así aprovechar los beneficios de la globalización. Por ejemplo, participar activamente en la economía mundial y obtener las oportunidades educativas y culturales que ofrece el mundo anglosajón. Esta política favorecía a las lenguas europeas, poniéndolas en un lugar de prestigio, mientras que fomentaba el desplazamiento y la estigmatización de las lenguas originarias chilenas (Torico-Ávila, 2021).

No obstante, con la introducción de la Ley 19 253 o Ley Indígena propuesta por el expresidente de Chile Patricio Aylwin en el año 1993, así como con la creación de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y la posterior ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) (Decreto 236, 2008) en el año 2008, se puso en marcha el Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB) en el año 2000, el cual tuvo como objetivo enseñar las lenguas y las culturas de los pueblos originarios chilenos en las instituciones educativas municipales, cuyo porcentaje de matrícula indígena era del 10 % (MINEDUC, 2017). Aun cuando la iniciativa fue positiva y logró fortalecer el uso de la lengua indígena, sobre todo en el sur del país, no incluyó muchas otras lenguas originarias nacionales, tales como el ckunza, lo que gatilló una «lucha indigenista» por reposicionar dicha lengua (Segovia, 2015). En consecuencia, en el año 2009, se creó el Consejo Lingüístico de la Lengua Ckunza, institución que lleva a cabo el rescate de la lengua por solicitud y autorización de la comunidad atacameña (Torrico-Ávila, 2017). El argumento a favor de la toma de control del rescate del ckunza a manos de su comunidad se vio fortalecido por la presencia de Josette Zuleta y Tomás Vilca, atacameños que se reconocen como los últimos hablantes del ckunza y que indican haber aprendido la lengua de sus abuelos (Soler, 2013). De esa forma, el consejo desarrolla sus propias políticas lingüísticas para la revitalización del ckunza, ya que piensan firmemente que la lengua está dormida y no extinta (Reyes, 2015, 2017), promoviendo así acciones no solo para la comunidad nativa lickan antai, sino para el público en general. Es así como esta contextualización histórica nos muestra un escenario lingüístico complejo que condujo al desplazamiento de la lengua ckunza.

III. Revitalización lingüística y el papel de los neohablantes

De acuerdo con Crystal (2000), una lengua muere cuando nadie más la habla, aun cuando quede un hablante o la lengua se mantenga en canciones y situaciones religiosas e incluso cuente con documentación lingüística, vista como una herramienta de comunicación está prácticamente muerta. La muerte de una lengua se puede producir de distintas maneras como por el hecho de que sus hablantes hayan muerto, ya sea por causas naturales o exterminio (Campbell y Muntzel, 1989; Kloss, 1984; Tsunoda, 2006), o por lo que Zimmermann (1999) denomina la muerte del lenguaje, que se genera cuando los miembros de una comunidad étnica sobreviven, pero la lengua muere. Se conoce también esto como desplazamiento lingüístico, proceso por el cual la lengua autóctona es desplazada por otra lengua dominante (Fasold, 1996; Moseley, 2010). Este desplazamiento lingüístico se produce a lo largo de varias generaciones, ocasionando un bilingüismo social inestable en el interior de la comunidad (Dressler, 1988; Romaine, 1995) como consecuencia de un conflicto lingüístico 2 (Darquennes, 2015) y debilitando las estructuras demográficas de la lengua autóctona, así como sustituyendo sus funciones y ámbitos de uso (Zimmerman, 1999; Henríquez Barahona, 2014). Cuando el proceso termina, se puede decir que la lengua está desplazada, extinta o muerta.

Aunque el término muerte alude a una definición absoluta como ‘el fin de la vida’, cuando se habla de lenguas, éste adquiere otras dimensiones más relativas (cf. Guerra-Mejía, 2021). Por ejemplo, las diversas acciones de rescate o revitalización lingüística pueden detener o incluso revertir el proceso de desplazamiento lingüístico, volviendo a reintegrar las lenguas a la vida comunitaria a través del fomento de su presencia y uso en las actividades diarias, así como su transmisión intergeneracional en el seno de la familia (Fishman, 1991). Cabe diferenciar que el rescate lingüístico es el proceso de recuperación de las últimas partículas disponibles de una lengua muerta que están presentes en la fitonimia, zoonimia, toponimia y las frases hechas, mientras que la revitalización lingüística se lleva a cabo con lenguas minoritarias que están en proceso de desplazamiento lingüístico, pero que aún conservan hablantes vivos y que además se utilizan en ciertos ámbitos de la vida diaria (Tsunoda, 2006).

Por ejemplo, se ha intentado realizar acciones tanto de rescate como de revitalización lingüística para el caso de lenguas declaradas muertas como el livon o el mismo ckunza. Hasta ahora, solo el hebreo ha sido un caso exitoso de revitalización, el cual había sido considerado extinto en el siglo IV, pero renació y se reintrodujo en la comunidad hebrea a mediados del siglo XIX. El renacimiento del hebreo es un caso excepcional de grandes dimensiones, pues no solo recuperó ámbitos y funciones de uso en la comunidad judía retornada a Israel, sino también porque surgieron neohablantes fluidos de la lengua y se reactivó su proceso de transmisión intergeneracional, convirtiéndose en el idioma oficial del Estado de Israel.

Y es precisamente en este proceso de revitalización lingüística donde el concepto de ‘neohablantes’ toma especial relevancia. Se denomina neohablante a la persona que aprende una lengua minoritaria fuera del ámbito familiar «mediante programas educativos bilingües (por ejemplo, la inmersión), o bien lo han hecho mediante programas de aprendizaje para adultos o proyectos de revitalización» (Reyna Muniain, Manterola y Nandi, 2019, p. 112). Si bien algunos autores prefieren aplicar este término a los individuos que hacen un uso extensivo de lengua aprendida (Ramallo et al., 2019), ya sea que la adopten como única lengua en algún momento determinado de su vida o que la integren como parte de su repertorio lingüístico, otros utilizan el término para cualquier aprendiz de una lengua (Casesnoves Ferrer, 2016; Ortega et al., 2016). En este sentido, los neohablantes pueden ser un claro indicador de que una lengua en peligro de extinción se encuentra en un proceso de reversión de su desplazamiento lingüístico. Pero ¿es posible aplicar este criterio para la revitalización de una lengua muerta? De ser así, ¿bajo qué parámetros se podría considerar que una persona puede ser neohablante de una lengua cuando no existe una comunidad de hablantes ni ámbitos de uso?

Dadas las diferencias entre las lenguas minoritarias y las lenguas muertas, un neohablante de una lengua muerta no tendría las mismas características ni respondería a los mismos parámetros que el neohablante de una lengua minoritaria. El neohablante de una lengua extinta sería una persona que comienza a adquirir cierto grado de competencia lingüística, que le permita que dicha lengua sea una opción lingüística dentro de determinados eventos comunicativos cotidianos o ritualizados, los cuales se han preservado o reintroducido por los especialistas, educadores y los sabios de la comunidad. Esto sería la evidencia inicial de que la lengua se está recuperando, pese a no existir hablantes nativos de ella. En el caso del ckunza, los eventos comunicativos se dan en situaciones ritualizadas como en el floreo de los animales, la limpieza de canales, las fiestas patronales, los agradecimientos a la Madre Tierra, la comunicación con sus ancestros y deidades (el agua, la tierra y los volcanes). Los eventos mencionados han sido traspasados de generación en generación por los cultores locales, los abuelos y otros miembros de la familia, mientras que, en la actualidad, esa enseñanza también ha sido compartida con los educadores tradicionales y los miembros del consejo lingüístico ckunza. Por tanto, un neohablante del ckunza sería aquel que pueda desenvolverse eficazmente en estas situaciones.

IV. Esfuerzos para revitalizar el ckunza

Desde el año 2015 a la fecha, el consejo lingüístico del ckunza y la comunidad atacameña han estado a cargo de la realización de actividades que contribuyan a revertir el proceso de desplazamiento del ckunza. Los lickan antai y el consejo lingüístico toman esta medida basada en el interés de los atacameños por revivir su lengua con el apoyo recibido de CONADI, entidad creada para fungir como el brazo ejecutor de las actividades organizadas por los grupos minoritarios chilenos. En el caso de los atacameños, el CONADI ha entregado los recursos administrativos y monetarios para organizar las diversas acciones de revitalización dentro de la comunidad y también ha cubierto los gastos que requiere: la presencia de importantes cultores locales como Tomás Vilca; el desarrollo de talleres dirigidos al público en general; y la publicación de libros, material educativo y diccionarios.

Es importante subrayar que el trabajo de revitalización de la lengua atacameña se ha llevado a cabo desde distintos ejes. Por una parte, el Ministerio de Educación (MINEDUC) implementó una política de planificación lingüística en torno a las lenguas originarias chilenas en los años 1990 como resultado del reconocimiento del Convenio 169 de la OIT en Chile y de la Ley Indígena de 1993 que impulsan el rescate cultural y lingüístico de los pueblos originarios chilenos. Es así como el MINEDUC introdujo el Programa Orígenes que convocó a los representantes de los nueve pueblos originarios reconocidos hasta esa fecha con el propósito de diseñar los contenidos educativos adecuados para la promoción de sus lenguas. De acuerdo con Segovia (2015, 2017), esta instancia le permitió al pueblo atacameño reafirmar su identidad. Sin embargo, para el año 2000, al implementarse el Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB), que es el resultado del trabajo inicial realizado por el Programa Orígenes, solo se incluyeron cuatro lenguas originarias en el currículum educativo nacional: quechua, aymara, rapa nui y mapuzungun. Esta política lingüística dejó fuera de la propuesta educativa la lengua ckunza de los atacameños, noticia que no fue bien recibida por los lickan antai, a quienes se les informó de que las razones tras la resolución fueron la carencia de materiales educativos y conceptos lingüísticos empleados diariamente por la comunidad y la falta de publicaciones que contengan los vocablos, cantos, ceremonias y expresiones propias del uso de la etnia en su contexto sociohistórico. Como consecuencia de la negativa, los representantes de la comunidad iniciaron las conversaciones para incorporar al subsector de Lenguaje y Comunicación del currículum educativo nacional su lengua.

Paralelamente, debido a la Ley Orgánica de Calidad (LOCE) y al Decreto 40 en el año 1996, se desarrollaron programas educativos cuyo objetivo fue incorporar un currículum complementario de cuatro horas en donde se daban las condiciones para enseñar la lengua ckunza en la educación primaria. No obstante, según Segovia (2015, 2017), esta segunda vía, que daba la oportunidad para la enseñanza de la lengua originaria, privilegió la enseñanza de computación e inglés, impidiendo la implementación de la lengua ckunza en el currículum chileno. Por lo tanto, los representantes de los diferentes pueblos y ayllus3 que conforman la comunidad lickan antai llevaron su molestia al MINEDUC y al Congreso Nacional en Santiago (capital del país), tornando su queja en una lucha política entre los atacameños y el gobierno en turno (Segovia, 2015, 2017).

El resultado de estos eventos y de la previa consulta a todas las comunidades que conforman la etnia lickan antai es la creación del Consejo de Cultura y Lengua Ckunza en diciembre del año 2009 (Torrico-Ávila, 2017), según lo informado en el encuentro organizado en torno a la sensibilización de la revitalización del ckunza en diciembre del 2015. En esa instancia, se ratificaron los objetivos del consejo lingüístico que buscaban rescatar los vestigios de la lengua, realizar investigaciones sobre la lengua y enseñar la lengua en la comunidad (Reyes Aymani, 2015, 2017). Desde esa fecha en adelante, el autoconvocado consejo lingüístico tomó el control de la enseñanza de la lengua, capacitando a sus educadores tradicionales, diseñando material educativo, realizando talleres para toda la comunidad y publicando diccionarios y grafemarios –política lingüística desde abajo– con el objetivo de contrarrestar la decisión del MINEDUC de solo enseñar el quechua y el aymara en el territorio lickan antai –política lingüística desde arriba– (Consejo Lingüístico Ckunza, 2018, 2022; Ricento, 2005; Torrico-Ávila, 2016; Wright, 2004) por medio del programa PEIB.

Con respecto a las actividades enfocadas al rescate y revitalización del ckunza, éstas no han estado a cargo solamente del consejo lingüístico. Por ejemplo, Torrico-Ávila (2017, 2019) da cuenta del trabajo de los cultores locales, tales como Ilia Reyes quien desarrolló actividades educativas acerca del ciclo agrario-festivo y bailes típicos dirigidas a los estudiantes de educación preescolar, mientras que Tomás Vilca enseñó a los estudiantes de educación secundaria a contar en ckunza. Estas iniciativas también han sido desarrolladas por otros profesionales, entre ellos, los antropólogos de la Universidad de Antofagasta. Por ejemplo, Roberto Lehnert y Alejandro Bustos han estado en contacto con cultores locales atacameños y han aportado material didáctico para la enseñanza del ckunza (Lehnert y Bustos, 2005). Estos investigadores publicaron una serie de libros educativos dirigidos a los estudiantes de educación primaria llamada Licana: Texto de Lengua y Cultura Atacameña, la cual se compone de tres libros que constituyeron un gran aporte a la promoción del ckunza, ya que fueron los primeros instrumentos educativos que se distribuyeron en la comunidad de la provincia de El Loa (Minería Chilena, 2006).

En la actualidad, el trabajo del consejo lingüístico ha trascendido fronteras y ha ganado reconocimiento. Gracias a los intercambios culturales que ocurren anualmente en la Feria de Trueques entre los miembros de las comunidades indígenas de Chile, Bolivia y Argentina, los representantes de la comunidad argentina de Olaroz han solicitado, por medio de una carta, el apoyo de la Academia de la Lengua y Cultura Ckunza para rescatar el ckunza en su territorio, pues, aunque reconocen que los hablantes de ckunza han sido parte de dichos intercambios, no se sienten capaces de llevar a cabo estudios más avanzados en el tema (Reyes Aymani, 2015, 2017).

Del mismo modo, gracias a las capacitaciones facilitadas por el CONADI, los miembros del consejo lingüístico han podido obtener herramientas para rescatar y difundir la lengua originaria. Además, han logrado conocer a otros actores claves para el crecimiento de la entidad como es el caso de Vilca (Reyes Aymani, 2015, 2017), quien, por medio de una capacitación realizada en la Universidad Arturo Prat de Iquique de Chile, se puso en contacto con un hablante de ckunza proveniente de Bolivia. Es así como ambas instancias han fortalecido el liderazgo autoconvocado del consejo, convirtiéndose en una organización reconocida internacionalmente debido a las actividades y espacios de promoción del ckunza; el rescate del conocimiento de la lengua y la difusión de la lengua; la realización de capacitaciones y enseñanza formal de la lengua; la difusión de la misma en espacios públicos; y la publicación de diccionarios, grafemarios, estudios y tesis de grado en ckunza, las cuales han tenido un impacto más allá de la comunidad de San Pedro de Atacama. Es por dichas razones que se vuelve pertinente medir el impacto de estas acciones en la revitalización de la lengua ckunza.

V. Metodología

La presente investigación estuvo basada en un estudio cuantitativo con un diseño transversal descriptivo mediante una encuesta. El instrumento para la recolección de la información constó de un cuestionario sociolingüístico adaptado de Terborg y García Landa (2011), el cual mide el grado de conocimiento autopercibido que tienen los propios hablantes con respecto a sus lenguas; en otras palabras, busca que las personas realicen una eutoevaluación (self-assessment) de sus habilidades lingüísticas. Cabe señalar que este instrumento ha sido utilizado para la realización de diagnósticos sobre el grado de vitalidad y desplazamiento de lenguas indígenas en diversas partes del planeta (Terborg y García Landa, 2011; Neri Flores, 2016; Gómez-Retana et al., 2019; Guerra-Mejía, 2020; Haboud Bumachar et al., 2020; Terborg, 2016; Terborg, Velázquez y Trujillo, 2021).

Aunque la técnica de la autoevaluación responde a parámetros subjetivos, ésta ha sido ampliamente utilizada en el campo de la sociolingüística y la enseñanza de lenguas, puesto que contempla las experiencias y las observaciones de los propios hablantes a partir de lo que pueden o no hacer con la lengua. Además, incrementa la motivación y la reflexión de las personas con respecto a su lengua a tal punto que es la técnica más empleada para contabilizar el número de hablantes de las diferentes lenguas en los censos de población alrededor del mundo (Gibbons y Ramírez, 2006; Clyne, 2003; Council of Europe, 2020; De Bot y Hulsen, 2002; De Bot, 1992). Adicionalmente, es necesario tomar en cuenta que muchas lenguas indígenas no cuentan con una escritura estandarizada ni materiales para su enseñanza-aprendizaje que posibiliten emplear instrumentos de evaluación convencionales, es decir, estas lenguas se han mantenido en la oralidad, por lo que, en estos casos, la autoevaluación o autodiagnóstico es pertinente porque se hace desde y con el pueblo (Bodnar Contreras et al., 2019).

El objetivo general del estudio fue evaluar el impacto que las diversas actividades realizadas por el consejo lingüístico y la comunidad atacameña han tenido en la revitalización de la lengua ckunza en cuanto a la generación de neohablantes. Para una mejor operacionalización de este objetivo, se establecieron los siguientes objetivos específicos: a) identificar si existen personas que se autorreconocen como hablantes de la lengua ckunza; y, de ser así, b) conocer el grado de conocimiento que poseen de la lengua. Ahora bien, para analizar el grado de conocimiento de la lengua ckunza, se estableció la siguiente variable cualitativa, que se describe en la Tabla 2.

Cabe mencionar que el establecimiento de los grados del conocimiento de ckunza propuestos en la Tabla 2 responden al hecho de que es una lengua extinta cuya enseñanza-aprendizaje se ha enfocado básicamente en la lectoescritura de oraciones simples, así como en el uso de la lengua en situaciones comunicativas ritualizadas. De igual forma, es importante precisar que el ckunza no cuenta con un uso extendido en la comunidad, por lo que su presencia se limita a espacios formales de enseñanza y ámbitos culturales de expresión tradicional, aunque se reconoce que la lengua sí forma parte del paisaje lingüístico local (cf. Shohamy, 2005), por tanto, no era conveniente establecer criterios que implicaran un mayor grado de competencia comunicativa. Finalmente, en esta investigación, se estableció que para que una persona pudiera ser considerada como neohablante del ckunza debería tener un conocimiento funcional de la lengua.

Tabla 2. Variable del conocimiento del ckunza

Variable

Dimensiones

Descripción

Indicador

Conocimiento en ckunza

Funcional

La persona es capaz de interactuar oralmente en eventos ceremoniales, celebraciones, rituales religiosos y conversaciones cotidianas de corta duración. Asimismo, es capaz de leer y escribir oraciones simples.

Bien

Receptivo

La persona ha desarrollado ciertas habilidades de comprensión que le permiten involucrarse receptivamente en eventos ceremoniales, religiosos y festivos, así como interactuar en conversaciones cotidianas de corta duración de forma limitada. Asimismo, es capaz de leer y escribir oraciones simples.

Suficiente

Incipiente

Reconoce y entiende un léxico intermedio y frases ritualizadas orales y escritas, por ejemplo: saludos y despedidas.

Poco

Muy incipiente

La persona ha tenido experiencia en el aprendizaje del ckunza, que le permite reconocer escrita y oralmente un léxico básico y algunas frases ritualizadas. Además, muestra una actitud positiva hacia la cultura y la lengua.

Muy poco

Fuente: elaboración propia.

El cuestionario fue aplicado durante el lapso de un año, desde el 2021 hasta el 2022, en tres ciudades de la región de Antofagasta: San Pedro de Atacama, Calama y Antofagasta (véase Tabla 3). Es importante mencionar que los sujetos dieron su consentimiento para participar en la investigación y se respetaron todos los protocolos éticos correspondientes. Los participantes del estudio se seleccionaron por un muestreo por conveniencias, debido a que no hay registros oficiales disponibles sobre las personas que han participado en las diversas actividades enfocadas a la revitalización del ckunza en las distintas comunidades atacameñas. Los criterios de inclusión que se emplearon para integrar la muestra fueron: 1) ser residente permanente de alguna comunidad de la región de Antofagasta y 2) ser mayor de edad. Esto responde a que, en dichas actividades de revitalización lingüística, pueden participar todos los residentes de la región sin importar si son personas autóctonas, conacionales o extranjeras.

Tabla 3. Lugar de residencia de los sujetos de la muestra

Región

Provincia

Comuna

%

Segunda
(Antofagasta)

Antofagasta

Antofagasta

7 %

El Loa

Calama

26 %

San Pedro de Atacama

67 %

Fuente: elaboración propia.

Por último, la muestra obtenida estuvo conformada por 82 encuestados, de los cuales el 73.2 % pertenecían al género femenino, el 25.6 % al género masculino y el 1.2 % se identificó como género no binario. Es conveniente precisar que las diferencias en el género de la muestra corresponden a que la encuesta fue realizada por una mujer, por lo que fue más fácil tener un mayor acercamiento a individuos del mismo género4. Con respecto a la nacionalidad de los encuestados, el 73 % eran chilenos, el 7.4 % peruanos, el 2.4 % brasileños y el 1.7 % bolivianos. Las edades de los encuestados oscilaron entre 18 y 72 años, con una edad media de 34.2 años. Los resultados obtenidos de la encuesta se presentan a continuación.

VI. Resultados y análisis

A los encuestados se les preguntó si tenían conocimiento de alguna lengua indígena adicional al español, y con la información proporcionada se identificó que el 56 % de los participantes presentaban conocimientos de mapuzungun, aymara, quechua y ckunza. Cabe mencionar que estas cuatro lenguas son nativas de Chile, aunque el mapuzungun es hablado originalmente al sur del país, en las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, por lo que su presencia en la zona se debe a flujos migratorios internos por motivos laborales. Asimismo, la inmigración extranjera ha traído a más hablantes del aymara y quechua desde Perú y Bolivia, y se identificó un porcentaje significativo de personas que mencionan tener conocimientos del ckunza, tal como se muestra en la Figura 3.

Como se observa en la Figura 3, el 25 % de los sujetos indicaron tener conocimientos del quechua, el 3 % del aymara y el 1 % del mapuzungun, mientras que el 27 % refirieron conocer el ckunza, cifra que corresponde a 24 sujetos de la muestra.

Ahora bien, la identificación del grado de conocimiento de la lengua ckunza de estos 24 sujetos se realizó con base en la siguiente pregunta: «¿Cómo evalúa usted su conocimiento de la lengua ckunza?». Para ello se les indicó que realizaran una autoevaluación de los siguientes elementos: escribir, leer, escuchar y hablar en ckunza, basándose en las siguientes opciones: muy poco, poco, suficiente y bien. Además, se les solicitó que justificaran sus respuestas con ejemplos sobre el uso del ckunza y con respecto a su experiencia en el proceso de aprendizaje de la lengua. La Figura 4 muestra los grados de conocimiento del ckunza reportados.

Figura 3. Porcentaje de hablantes para cada lengua indígena.

Fuente: Elaboración propia

Figura 4. Conocimiento percibido del ckunza.

Fuente: elaboración propia.

De acuerdo con la Figura 4, de los 24 sujetos que reportaron tener conocimiento de la lengua ckunza, solo seis pueden considerarse como receptivos de la lengua, ya que mencionaron poder leer y escribir oraciones simples, así como interactuar limitadamente en eventos comunicativos ritualizados dentro de los espacios de aprendizaje habilitados. Asimismo, nueve sujetos se clasificaron como incipientes, pues informaron poder usar y entender oralmente un número limitado de palabras y frases, así como reconocer expresiones y vocabulario escrito. Por último, nueve personas fueron catalogadas como muy incipientes, puesto que reportaron entender frases y palabras escritas en ckunza, aunque indicaron no tener ningún tipo de producción en la lengua. Cabe mencionar que estos últimos se mostraron empáticos e interesados en seguir aprendiendo la lengua y la cultura de los lickan antai. En la Tabla 4 se especifican las características de estos 24 sujetos.

Tabla 4. Resumen de las características de los sujetos del cuestionario

Características de los encuestados

Conocimiento del ckunza

Muy incipiente

Incipiente

Receptivo

Funcional

Total

Género

Mujer

9

7

3

-

19

Hombre

1

2

2

-

5

Nacionalidad

Chilena

9

9

5

-

23

Extranjera

1

-

-

-

1

Lugar de residencia

Antofagasta

1

-

-

-

1

Calama

3

3

-

-

6

San Pedro de Atacama

6

6

5

-

17

Fuente: elaboración propia.

Como se puede observar, la Tabla 4 nos informa acerca de la nacionalidad, lugar de residencia y género de los conocedores del ckunza. En específico, se aprecia que la mayoría son mujeres de nacionalidad chilena que residen en San Pedro de Atacama, mientras que solo hay un individuo de origen extranjero y un único residente de Antofagasta. Los datos se pueden explicar por el tipo de conformación de la muestra de estudio; por tanto, no es posible señalar que sus características estén directamente vinculadas con el grado de conocimiento que los 24 sujetos poseen del ckunza.

VII. Discusión

Con base en los resultados obtenidos en esta investigación, se puede sugerir que las diversas acciones emprendidas para revitalizar el ckunza están mostrando resultados positivos incipientes, ya que es posible decir que las personas que han estudiado el ckunza como segunda lengua están empezando a desarrollar ciertas habilidades lingüísticas que les permiten, por primera vez desde su extinción, tener algún tipo de interacción inicial en la lengua. Además, estos resultados revelan que la lengua ckunza empieza a recuperar presencia en el contexto sociolingüístico de la región de Antofagasta.

Sin embargo, todavía no se puede constatar un proceso de reversión del desplazamiento del ckunza (Fishman, 1991) ni de neohablantes (Ramallo et al., 2019; Reyna Muniain, Manterola y Nandi, 2019), debido a que el grado de conocimiento que presentan los sujetos encuestados es básico, lo cual no les permitiría usar la lengua funcionalmente en actividades ceremoniales y religiosas, rituales ni festividades propias de la comunidad. Por otro lado, si se continúa con estas acciones para su revitalización, las habilidades en la lengua ckunza crecerán en la medida en que se desarrollen más materiales, recursos e instrumentos con mayor complejidad lingüística. Lo anterior sigue siendo una tarea ardua para los promotores, planificadores y especialistas de la lengua, quienes están continua y persistentemente creando espacios sociolingüísticos que permitan el aprendizaje, el diálogo y la creación de nuevas y significativas oraciones que, al mismo tiempo, buscan llevar a la práctica las expresiones lingüísticas ya conocidas por la comunidad atacameña.

En definitiva, el ckunza comienza a retomar su lugar, al menos en la imagen colectiva (cf. Belting, 2007); entre los miembros de la comunidad atacameña, en donde ha logrado reposicionarse con un amplio prestigio. Esta situación se puede observar en el hecho de que el ckunza está empezando a reinsertarse en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana de los atacameños, cobijando con respeto y admiración a quienes usan y conocen el ckunza, aun cuando solo sea a un nivel de intercambio incipiente.

VII. Conclusión

El presente artículo ha tenido como objetivo evaluar el impacto de las políticas lingüísticas formales e informales en el rescate y la revitalización del ckunza de San Pedro de Atacama mediante la identificación de posibles neohablantes y del grado de conocimiento que han desarrollado de la lengua. Se aplicó un cuestionario sociolingüístico a una muestra de 82 sujetos cuyos resultados informan que ha habido una incipiente reintroducción del ckunza en esta comunidad debido al creciente número de personas que de manera consistente se han familiarizado con la lengua y la cultura atacameña desde el año 2018 a la actualidad.

Esta situación se ha dado gracias a las diversas actividades organizadas por los diferentes actores, quienes han impulsado la promoción del ckunza desde diferentes frentes. En esto último yace la fortaleza de este trabajo de investigación, que se transforma en el primer esfuerzo por proveer un diagnóstico de la factibilidad de la enseñanza del ckunza. A partir de esta experiencia, se sugiere un rediseño del instrumento para la recolección de datos con el objetivo de lograr medir de forma más precisa el aprendizaje del ckunza, disminuyendo la interferencia de las ideologías y actitudes lingüísticas de los sujetos en las respuestas proporcionadas a partir de parámetros más detallados y contextualizados para este caso particular. Por el contrario, las debilidades de este estudio radican en la conformación de la muestra, por lo que se recomienda contar con una muestra más grande que sea estadísticamente representativa de la población que ha accedido a la enseñanza del ckunza.

A manera de conclusión, se expresan otras sugerencias para futuras investigaciones, ya sea sobre el ckunza u otras lenguas en vías de extinción, las cuales llaman a realizar estudios de corte cualitativo que busquen analizar elementos simbólicos de la lengua, tales como el prestigio y el valor cultural, su participación en la construcción de la identidad atacameña, así como las ideologías y las actitudes lingüísticas asociadas al ckunza, lo cual nos llevaría a comprender cómo dichos elementos guían la forma de vivir atacameña.

Fuentes de financiación

Este trabajo constituye parte de la investigación realizada para el proyecto FONDECYT de Iniciación Nº 11220225 durante el año 2022.

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Notas

1. Los nombres aymara o aimara se emplean indiscriminadamente en distintos países, pero en Chile se utiliza el nombre de aymara.

2. Para mayor información sobre el tema, consúltense Ninyoles (1969), Darquennes (2015) y Guerra-Mejía (2021).

3. Forma de división geográfica dentro del pueblo de San Pedro de Atacama.

4. Un caso similar se presentó en Schmidt (1985), quien tuvo acceso a mujeres por restricciones sociales.