Diana RICO REVELO e Iván Felipe MEDINA ARBOLEDA (comps.). Construcción de paz en el posacuerdo. Avances, tensiones y desafíos. Barranquilla: Universidad del Norte/Universidad Católica de Colombia, 2020. 234 pp. ISBN: 978-958-789-186-7 (acceso versión digital: http://manglar.uninorte.edu.co/handle/10584/8851). 

Una vez firmado el acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), en el 2016, comenzó un periodo conocido como implementación temprana del acuerdo, que estuvo delimitado entre la dejación de armas en septiembre del 2017 y la transformación de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de los exguerrilleros en diversas figuras territoriales para su correspondiente inclusión en el Plan de Ordenamiento Territorial Nacional. En este escenario y a través de un trabajo interinstitucional entre la Universidad del Norte de Barranquilla y la Universidad Católica de Colombia, el libro compilado por Diana Rico e Iván Felipe Medina reúne trabajos empíricos que dan cuenta de avances, tensiones y desafíos para la construcción de paz, desde diferentes disciplinas del conocimiento.

Los objetos de estudio formulados por los autores ponen de manifiesto fenómenos políticos, socioculturales y psicosociales presentes en escalas micro y macro en Colombia a partir de mecanismos de justicia transicional que se han implementado en el país durante los últimos 15 años1. Pero la obra destaca también por el rigor teórico metodológico y la coherencia temática de todos los trabajos que la componen. Con el fin de analizar cuáles han sido los avances, las tensiones y los desafíos para la construcción de paz, los diferentes capítulos parten de teorías y métodos cualitativos y cuantitativos que permiten comprender y explicar interacciones entre estructuras, procesos y actores que suponen obstáculos ya sea por la polarización sociopolítica o porque el Estado no ha logrado el monopolio de la violencia en estas zonas; pero también se presentan evidencias empíricas de rutas alternativas a la violencia con la participación activa y comprometida de diferentes actores sociales y políticos.

Para alcanzar los objetivos propuestos por los compiladores, el libro se estructura en dos partes que delimitan un antes y un después del acuerdo de paz. La primera parte expone trabajos de investigación enmarcados en el posacuerdo. Así, por ejemplo, en el capítulo I se estudian las emociones en contextos políticos transitorios con la finalidad de observar diferencias en categorías de estilo, cognitivas, perceptuales y emocionales de distintos personajes e instituciones de la vida política nacional. Esto a través de publicaciones en Twitter de instancias del gobierno nacional, políticos y partidos políticos. El estudio muestra, entre otros aspectos, las diferencias entre la oposición y el gobierno a la hora de concebir el plebiscito sobre el acuerdo de paz en 2016, evidenciando que la oposición empleó con mayor frecuencia expresiones de preocupación, miedo o intimidación. En el capítulo II, por su parte, se comparan 4 de las 16 subregiones priorizadas para la realización de Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), para identificar los retos en la consecución
de los objetivos planteados en el acuerdo. Aquí los autores advierten sobre los problemas que enfrentan algunas subregiones del Caribe colombiano para la implementación de los PDET debido a la violencia armada, y evidencian ciertos avances de la subregión de los Montes de María en la construcción de paz.

Cambiando el enfoque hacia la educación en el posacuerdo, los siguientes dos capítulos analizan el papel de la educación como un mecanismo para la construcción de paz. Por un lado, los autores del capítulo III evalúan el valor agregado de la educación superior en las competencias ciudadanas de los estudiantes, en consonancia con la apuesta mundial de la UNESCO por la formación cívica y ciudadana como uno de los pilares para construir sociedades pacíficas, justas y equitativas. Mientras que el capítulo IV explora la contribución de la didáctica activa en la evaluación del aporte a las competencias transversales en Ciencias Sociales –construcción de conocimiento, resolución de problemas, pensamiento crítico, trabajo en equipo y autonomía– y el logro académico. Para ello se trabaja con estudiantes de cuarto y quinto año de una institución primaria de Barranquilla a la que acuden estudiantes desplazados de las zonas rurales del Caribe colombiano.

Por otra parte, haciendo uso de la deliberación como herramienta para discutir con argumentos sobre diferencias existentes, llegar a acuerdos y generar propuestas que buscaran reducir la polarización social, en el capítulo IV se replica una metodología testada en otros países en la cual se involucró a reincorporadas de las FARC-EP agrupadas en el ETCR de Pondores, en La Guajira, y a estudiantes y funcionarios del Departamento de Ciencia Política y de Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte. Los resultados del ejercicio permiten afirmar que sí es posible deliberar en el marco de contextos fragmentados y que las personas que participan en estos ejercicios de discusión pueden considerar los argumentos de los otros, cambiar de opinión o adherirse a propuestas presentadas con argumentos robustos.

La segunda parte de la obra presenta estudios desarrollados en torno a procesos de justicia transicional gestados antes del acuerdo de paz, que pueden ofrecer lecciones aprendidas de cara a la formulación e implementación de políticas públicas que permitan salidas constructivas al conflicto. Las discusiones generadas en los tres siguientes capítulos pueden servir de referentes comparativos con procesos que se están gestando en el posacuerdo, tales como la construcción de memoria, la reconciliación social, la reincorporación efectiva sin riesgos de reincidencia, la estigmatización de los excombatientes, la amenaza a su seguridad física y la desconfianza de excombatientes hacia la institucionalidad.

El capítulo VI explora qué ideas, emociones y actitudes están vinculadas a la reconciliación social, a partir de entrevistas con excombatientes paramilitares postulados al proceso de justicia y paz en el Caribe colombiano. Aquí se destaca que la transición a una cultura no violenta no solo requiere de mecanismos socioculturales asociados a la reconciliación social e instrumental, sino de la acción conjunta con mecanismos político-jurídicos que contribuyan a una reconciliación institucional; asimismo, ponen en consideración algunas implicaciones prácticas en clave de lecciones aprendidas para el proceso de reincorporación de exguerrilleros de las FARC-EP.

Los últimos dos capítulos presentan investigaciones sobre el papel de colectivos de la sociedad civil que, desde su concientización como sujetos oprimidos, se han organizado para cultivar una cultura de la paz en escenarios de justicia transicional aún permeados por la cultura de la guerra. El capítulo VII ofrece insumos sobre la memoria y la construcción de paz por una red de mujeres víctimas del conflicto interno armado, destacando las experiencias compartidas en sus interacciones sociales y difundiendo las representaciones de género que surgen a partir de dichas relaciones sociales. El capítulo VIII presenta un estudio explicativo de la participación de víctimas del conflicto en la resistencia pacífica, a partir del modelo sobre fusión de la identidad aplicado a comportamientos extremos, porque los participantes asumen elevados riesgos para defender fines eminentemente éticos.

En su conjunto, la obra reúne especialistas que, desde diferentes aproximaciones metodológicas y disciplinas del conocimiento, analizan los avances, las tensiones y los desafíos que enfrenta Colombia en la construcción de paz, entendiendo que se trata, como bien señala una de las colaboradoras, de un proceso inacabado que va más allá del acuerdo firmado entre el gobierno y las FARC-EP, por lo que se requiere del «involucramiento de todos los actores de la sociedad» (p. 112).

Luis Antonio GONZÁLEZ TULE

Universidad del Norte

1 Como la Ley 975 de 2005, conocida como Ley de Justicia y Paz para la desmovilización de grupos y personas al margen de la ley en general; la Ley 1448 de 2011 para la reparación integral de las víctimas y la restitución de tierras; y el acuerdo de paz firmado entre el gobierno nacional y las FARC-EP en el 2016.