Javier URIARTE. The Desertmakers. Travel, War, and the State in Latin America. New York: Routledge, 2020. 324 pp. ISBN: 978-1-138-66892-8.

The Desertmakers recorre a contrapelo los relatos de viaje de cuatro escritores cuyos itinerarios contribuyeron en las campañas demarcadoras de las fronteras de los Estados modernos de Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. Estos escritos, entendidos de manera performativa, contribuyeron a moldear y prefigurar un destino trágico de pueblos originarios o campesinos, en todo caso ilegibles, para el discurso progresista del Estado nacional. Javier Uriarte, el autor, hace una lectura del revés de la historia, en la que se aparta del tono laudatorio de la épica nacional y su antecedente imperial, contenido en su corpus[1], para explorar cómo se construyó el espacio y a los habitantes fuera de sus márgenes.

Los viajeros de los que se ocupa son Richard Burton, cónsul del Inglaterra, quien estuvo en territorio fronterizo durante la Guerra de la Triple Alianza, en los campamentos del Ejército brasileño; el hijo de ingleses nacido en Quilmes, W. H. Hudson, quien se adentra en las zonas rurales de Uruguay; Francisco Pancasio Moreno, explorador y funcionario al servicio del gobierno argentino encargado de recorrer la Patagonia con el fin de levantar un mapa territorial y de sus habitantes que antecedió la Conquista del Desierto, y Euclides da Cunha, ingeniero y cronista que narró la guerra de Canudos. Los cuatro intelectuales toman parte en los desplazamientos, asumen el punto de vista del progreso y nombran lugares, dejando huellas de la herida provocada por la emergencia del Estado moderno, que, en su intento de «integrar», separó y construyó al «otro». En sus textos se hace patente una «estética de la desaparición», definida como un destino inevitable y, a los ojos de los viajeros, a veces necesario. En ese sentido, los autores coinciden en ocasiones con el discurso oficial, en otras, guardan silencio o huyen de él.

The Desertmakers combina una estrategia de lectura en la que se manifiesta una revisión de la historia y un análisis de la retórica implícita en los textos. Su hallazgo es perspicaz: el tropo discursivo del desierto no se trata solo de un territorio deshabitado y agreste sobre el cual transitaron estos viajeros, sino un dispositivo ideológico que prefigura el espacio fronterizo y sus habitantes para luego apropiárselo, en la lógica del capitalismo moderno. Así, el desierto amplía su significado para connotar ya no el lugar deshabitado, sino el lugar al cual se ha despojado de habitantes, pero también de pasado. En el discurso subyacente de estos autores, se trata de una metáfora, que figura un origen y un destino anticipado por la retórica del progreso a los condenados de la historia; un vacío fijado como horizonte de manera trágica; algunas veces como ruina, cuando connota la imposibilidad de borrar los vestigios de otro tiempo, y otras veces, como escombro, evidencia del paso de la máquina de guerra estatal la cual condujo las campañas de consolidación nacional posteriores al proceso de Independencia.

The Desermakers está dividido en una introducción que demarca la ruta teórica y da cuenta del contexto histórico en el que se produjeron los relatos, y cuatro capítulos que refieren la obra de cada autor. La primera parte del texto apuntala las nociones clave para tener en cuenta en la lectura y responde preguntas como por qué Uriarte eligió un corpus tan aparentemente disímil. Los primeros dos capítulos tratan de textos producidos por ingleses y los otros dos por los autores de Argentina y Brasil, lo cual le permite al investigador comparar las miradas, imperial y nacionales, enfocándose en la continuidad de estos discursos, antes que en sus rupturas. También ofrece una definición de la ruina que elude la ya clásica interpretación benjaminiana como alegoría del paso de la historia y en su lugar plantea una descripción de ésta como un tropo discursivo usado por el Imperio para representar a América Latina como incompleta y arruinada, incluso antes de su destrucción (65), o que le permite al Estado ver al otro y su territorio ilegible como parte del pasado pese a su contemporaneidad.

En el primer capítulo, «War in Terra Incognita Richard Burton’s Letters from the Battle-Fields of Paraguay», Uriarte ausculta en la estrategia diplomática que subyace en el texto. Aunque Letters es considerado un trabajo menor, es fundamental para comprender la mentalidad colonial. Burton, entonces cónsul de Inglaterra, no fue a las fronteras del Paraguay en calidad de simple observador de los estragos de la Guerra de la Triple Alianza, sino como parte interesada. Él representa el «imperio invisible» o «informal», el cual se define por una sutil presencia de Inglaterra en la historia latinoamericana. El viajero aquí se permite recoger muchas voces, intenta comprender al otro como una curiosidad y lee el conflicto no en su inmediatez, sino a partir de los destrozos que va dejando a su paso. Detrás de esa aparente objetividad, exhibe su adhesión a discursos que combinan colonialismo y progreso, con lo cual sus observaciones se convierten en correlato de la penetración de la Modernidad. En un acto de prestidigitador, nota Uriarte, Burton cambia metonímicamente la guerra –a la que no muestra, como ocurre en los cuatro autores– por un progreso que imaginariamente llegará, pero que paradójicamente deja al Paraguay aislado y despojado no solo de su territorio, sino de casi un 60 por ciento de su población; efectos de los cuáles todavía no se recupera.

En el segundo capítulo, «In Praise of Deviation: W. H. Hudson’s The Purple Land», el investigador recorre la desviación que supuso la novela de Hudson, de la mano del protagonista Richar Lamb, quien se aparta de la mirada del viajero imperial en busca de recursos y se adentra en una búsqueda personal por la Uruguay profunda, que deviene en encuentro consigo mismo. Este recorrido está impregnado de contradicciones, lo cual se condice con la condición de criollo de Hudson, quien escribe para el público inglés. La mirada, entonces, está atravesada por una extranjeridad permanente. El narrador, a diferencia de Burton, avanza hacia un «espacio liso», donde el Estado todavía no alcanza a codificar el territorio ni a sus habitantes. Lamb, aunque al comienzo adopta los presupuestos imperiales, poco a poco se cuestiona su identidad la cual asume como disfraz en permanente mutación. Para Uriarte, quien sigue a Edward Said, este autor escribe contra el intento omniabarcador del imperio y la «visión consolidada» de la que muchos escritores ingleses, a pesar de sus diferencias con el Imperio, no pudieron escapar. Por el contrario, su novela explora un espacio de agencia personal en la compenetración con el gaucho y las zonas rurales, donde se libra la lucha contra la institución estatal.

En «Making Museums, Making Deserts: Francisco Moreno in Patagonia» se acentúa el tono nacionalista de la voz narradora. Moreno, quien obedece al dictado de la República Argentina, transita por parajes en los que estuvieron los ingleses Charles Darwin y el capitán de la marina real Roberto Fitz-Roy, de quienes se declara sucesor en cierta manera. Este es el capítulo más robusto de todo el libro, pues acomete tres textos de distintos periodos. También es en el que más se destaca la crueldad de la retórica positivista, pues, aunque atestigua el exterminio de los pueblos indígenas de la Patagonia por parte del Estado, lo hace con una combinación de tono celebratorio, fuerza y ciencia en aras de la producción de bienes e infraestructura. La pregunta hecha por David Viñas, «the Indians, were they the disappeared of 1879?», resuena en el análisis, como si su borradura hubiera sido el preludio de las desapariciones durante las dictaduras un siglo después. Nombrar los parajes, aguzar la mirada con el ansia productiva y escribir para museificar lo visto, componen la estrategia mediante la cual se produce el acto de apropiación de una frontera, que, como el desierto, escapaba al control del Estado.

Finalmente, en «The Limits of Visibility and Knowledge: Euclides da Cunha’s Os sertões», Uriarte indaga en el esfuerzo que este autor hace por comprender la guerra de Canudos en un relato inclasificable. Si bien, es evidente que Euclides hizo una lectura determinista tanto del sertão como de sus habitantes, sus inquietudes epistemológicas lo llevaron del entusiasmo de la modernización a la decepción por los resultados. En la poética del espacio de este relato, la naturaleza, con su voluptuosidad y sinuosidad «de otro tiempo», debe sufrir un proceso de transformación; como lo fluido y desviado debe entrar en cauce. Sin embargo, la ilegibilidad que produce la guerra es tal, que el narrador testimonia la insuficiencia de lo aprendido. No así el Estado, el cual impone su lógica de destrucción sobre lo incomprensible, con lo cual deja a su paso, como atestigua la historia, un espacio arruinado, cuyo último intento de eliminación fue la construcción de una represa en 1968, donde otrora se aniquiló a toda una comunidad y a su líder.

La propuesta de Uriarte aporta un nuevo marco de interpretación que permite relacionar la no tan inocente mirada del viajero con la guerra y la violencia estatal, para lo cual acude al cruce de los caminos de la historia, la ciencia política y la literatura. En este terreno transdisciplinar, el lector podrá constatar una nueva manera de leer el relato de viaje como género, la reconfiguración del espacio y la violencia producida por el lenguaje.

César Andrés PAREDES

Pontificia Universidad Católica de Chile

[1] El corpus lo integran: Letters from the Battle Fields of Paraguay (1870) de Richard Burton; The Purple Land (1885), novela de William Henry Hudson; Viaje a la Patagonia Austral (1879), Reminiscencias (1942, póstumo) y Apuntes preliminares sobre una excursión al Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz (1897) narraciones del explorador Francisco Pancasio Moreno; y finalmente, Os sertões (1902) relato entre periodístico y ensayístico de Euclides da Cunha sobre la guerra de Canudos.