ISSN electrónico: 1885-5210
DOI: https://doi.org/10.14201/rmc202016e207236
EPIDEMIAS POR ERGOTISMO O FUEGO DE SAN ANTONIO. HISTORIA, CIENCIA Y ARTE
Epidemics due to Ergotism or Saint Anthony's Fire. History, Science and Art
Francisco S. LOZANO SÁNCHEZ
Servicio de Angiología y Cirugía Vascular, Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA). Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL). Universidad de Salamanca (USAL) (España).
Correo electrónico: lozano@usal.es
Fecha de recepción: 3 de julio de 2020
Fecha de aceptación: 29 julio de 2020
Fecha de publicación: 29 de enero de 2021
Resumen
El fuego de San Antonio, denominación popular del ergotismo, fue una epidemia que asoló la Europa medieval a consecuencia de una intoxicación alimentaria provocada al ingerir pan de centeno, cuya harina estaba contaminada por ergot, un hongo parásito denominado Claviceps purpurea que suplantaba los granos de algunos cereales, especialmente el centeno. El pan de centeno, negro o de los pobres, era bien diferente del pan blanco hecho con harina de trigo, y más caro (pan de los ricos). Desde el s. IX, Europa (fundamentalmente Francia y Alemania) padecieron frecuentes epidemias, cuya intoxicación producía convulsiones y delirios (ergotismo convulsivo) o pérdida de las extremidades (ergotismo gangrenoso), con una mortalidad de hasta el 20% de los afectados.
En la actualidad, el ergotismo es anecdótico. Existen publicaciones de casos aislados, generalmente asociados al consumo crónico de fármacos que contienen ergotamina.
El presente artículo repasa los aspectos históricos, científicos, y artísticos del fuego de San Antonio/ergotismo tanto clásicos como recientes. Se finaliza comentando el capítulo 6 (El Fuego de San Antonio) de la serie televisiva “Toledo cruce de destinos” (2012), que refleja con gran fidelidad esta epidemia mediante un supuesto brote del Fuego de San Antonio acaecido en la medieval ciudad de Toledo.
Palabras clave: Fuego de San Antonio; Ergotismo; Isquemia; Ergot; Calviceps purpurea.
Abstract
The Saint Anthony's Fire, a popular name for ergotism, was an epidemic that devastated medieval Europe, as a result of food poisoning caused by eating rye bread, whose flour was contaminated by ergot, a parasitic fungus called Claviceps purpurea that supplanted grains of some cereals, especially rye. Rye bread, black or bread poor, was very different from white bread made with wheat flour, and more expensive (bread of the rich). Since the s. IX, Europe (mainly France and Germany) suffered frequent epidemics, whose intoxication produced convulsions and delusions (convulsive ergotism) or loss of the extremities (gangrenous ergotism), with a mortality of up to 20% of those affected.
Ergotism is currently anecdotal. There are publications of isolated cases, generally associated with chronic consumption of ergotamine-containing drugs.
This article reviews the historical, scientific, and artistic aspects of the Saint Anthony's Fire / ergotism, both classic and recent. It ends by commenting on chapter 6 (The Saint Anthony's Fire) of the TV series "Toledo crossing destinations" (2012), which reflects this epidemic with great fidelity through an alleged outbreak of the Saint Anthony's Fire that occurred in the medieval city of Toledo.
Keywords: Saint Anthony's Fire; Ergotism; Ischemia; Ergot; Claviceps purpurea.
INTRODUCCIÓN
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es la causa de la enfermedad COVID-19 y ha originado la primera gran pandemia del siglo XXI. No es la primera epidemia intercontinental a la que se enfrenta el ser humano a lo largo de la historia, pues ya se han producido situaciones parecidas e incluso peores. De todas ellas, la humanidad siempre termino saliendo.
Los causantes de las mayores pandemias y/o epidemias, en la historia de la humanidad, han sido los virus y las bacterias. Hasta la fecha, las cinco pandemias más letales sufridas por el hombre han sido: la viruela (300 millones de fallecidos), el sarampión (200 millones), la mal llamada gripe española de 1918, (50-100 millones), la peste negra (50 millones), y el VIH (35 millones)1.
Los hongos, aunque a inferior escala (sólo epidemias y con menor letalidad) también han tenido su protagonismo. Presentar los aspectos históricos, científicos y artísticos relacionados con las epidemias de ergotismo (vulgo fuego de San Antonio), que afectaron fundamentalmente a la Europa de Medioevo (pero no exclusivamente a este continente y periodo histórico) son el objetivo del presente artículo.
CONCEPTO Y EPÓNIMOS
El ergotismo, popularmente denominado fuego de San Antonio, es una enfermedad causada por la ingesta de alimentos contaminados por micotoxinas (toxinas producidas por hongos parásitos) o actualmente por el abuso de medicamentos que contengan esa misma sustancia. Está causada por el cornezuelo o “ergot” que contamina el centeno, y en menor medida otros cereales como la avena, trigo o cebada. El nombre científico del hongo que produce el cornezuelo del centeno es Claviceps purpurea.
En el diccionario de la RAE el ergotismo se asocia al fuego de San Antón (ver posteriormente) o fuego de San Marcial (pues tras morir más de 40.000 personas durante la gran epidemia de Aquitania, los obispos decidieron sacar en procesión el cuerpo de San Marcial durante tres días; como el mal cesó, la enfermedad es también conocida como fuego de San Marcial - Ignis Sancti Martialis).
A lo largo de la historia la enfermedad que nos ocupa ha sido conocida por: Ignis sacer, fuego sagrado, fuego sacro, fuego bendito, fuego infernal, mal de los ardientes, gangrena de los soloñeses, mal del pan maldito y final y principalmente como fuego de San Antonio. Junto a ignis sacer, hubo otros términos derivados del latín para designar al ergotismo de tipo gangrenoso: ignis judicialis, ignis occultus, morbus hic tabificus, morbus necroticus, mortifer ardor, pestilens ille morbus, pestis ignaria, plaga ignis, plaga illa y plaga invisibilis. El ergotismo convulsivo era denominado en latín por los médicos como: affectus scorbutico spasmodicus, convulsio cerealis, febris maligna cum spasmo, morbus convulsivus, morbus spasmodicus popularis, morbus artentium, morbus epidemicus convulsivus y morbus rigidus2. Conjuntamente existen epónimos incorrectos, así el término ignis sacer fue confundido en la antigüedad con la sífilis, el herpes zóster y la erisipela3.
Ergotismo e historia
La agricultura comenzó en la región mesopotámica de Asia Menor, más concretamente en el norte del Irak (8.000 a. C.), donde crecían el trigo y la cebada de forma silvestre; estos cereales fueron los primeros domesticados. Los granos se molían para obtener harina, que podía ser almacenada durante meses y posteriormente hacer pan. El centeno, en un principio, era considerado una maleza que crecía junto a los cereales domesticados referidos.
En el 3000 a. C. se cultiva centeno en el Turquestán y progresivamente pasa a Europa. En la Edad Media y hasta el siglo XIX, el centeno llegó a ser el cereal panificable por excelencia.
Con la humedad y temperaturas cálidas, se producían las condiciones propicias para que hongos filamentosos crecieran sobre los cereales, en especial sobre las semillas almacenadas. Estos hongos producen diversos metabolitos (micotoxinas y alcaloides), y al ser ingeridos pueden provocar graves intoxicaciones tanto al hombre como a los animales.
Epidemias
Europa ha padecido cíclicamente epidemias y plagas de todo tipo, las cuales diezmaron su población, desde gripes, pestes, lepra y quizás la menos conocida de todas, pero no por ello menos terrorífica, fue la denominada Fuego de San Antonio. En este sentido, la literatura medieval informa sobre cientos de miles las personas fallecidas, paralizadas o mutiladas por la ingesta de pan contaminado por el cornezuelo del centeno. Así entre los siglos IX-XIV se registraron en Europa más de 80 epidemias de esta enfermedad, especialmente en Francia, Rusia y Alemania (Tabla 1).
La primera epidemia de ergotismo se registró, en el 857, en el valle del Rhin (Xanten, Alemania); en ella las personas perdían sus miembros antes de morir. Fue durante esta plaga cuando se le conoció a esta enfermedad como fuego sagrado; “fuego” debido a la sensación ardiente de las extremidades cuando se sufría el ergotismo gangrenoso y “sagrado” debido a que se pensaba que era un castigo divino.
En el año 945 fallecieron 20.000 personas en la región de Aquitania (sur de Francia) y poco tiempo después, el año 994, murieron otras 40.000 en la misma región. Fue la epidemia más grande que se recuerda del fuego sagrado. Estas aparecían en primavera y otoño, reapareciendo con más intensidad en épocas de hambruna y miseria4.
Fecha |
Epidemia/brote |
Localización |
Aspecto más significativo |
857 |
Primera epidemia de ergotismo gangrenoso |
Xantén, valle del Rhin (Alemania) |
Denominación de Fuego Sagrado |
945 |
Primera epidemia de ergotismo convulsivo |
Región de Aquitania (Francia) |
20.000 muertes |
994 |
Gran epidemia de ergotismo |
Limoges, región de Aquitania (Francia) |
40.000 muertes |
1039 |
Epidemia de ergotismo |
De Gracia, Dauphiné (Francia) |
No datos disponibles |
1129 |
Epidemia de ergotismo |
Cambrai (Francia) |
12.000 muertes |
1596 |
Epidemia de ergotismo |
Reino de Hesse (actual Alemania) |
No datos disponibles |
1778 |
Epidemia de ergotismo |
Sologne (Francia) |
8.000 muertes |
1879 |
Ultima epidemia de ergotismo convulsivo |
Oberhessen (Alemania) |
Descrita por Siemens |
1888 |
Epidemias de ergotismo |
Rusia |
Afecto a los campesinos |
1926-27 |
Brote local de ergotismo |
Sarapol (montes Urales) |
11.319 casos entre 560.000 personas |
1928 |
Brote local de ergotismo |
Manchester (Inglaterra) |
200 judíos refugiados afectados |
1929 |
Brote local de ergotismo |
Irlanda |
No datos disponible |
1951 |
Brote local de ergotismo |
Point Saint-Esprit (Francia) |
230 afectados y 4 muertos |
1975 |
Último brote de ergotismo convulsivo |
India |
78 afectados (50% de mortalidad) |
1977-78 |
Ultimo brote de ergotismo gangrenoso |
Etiopía |
140 afectados (34% de mortalidad) |
2001 |
Pequeño brote de ergotismo |
Etiopía |
18 afectados y 3 fallecidos |
NOTA: Durante la Edad Media (siglos IX-XIV) hubo más de 80 epidemias. Entre 1581 y 1889, se registraron más de 65 epidemias y brotes de ergotismo convulsivo en Europa: 29 en Alemania, 11 en Rusia, 10 en Suecia, 4 en Italia y otras en Finlandia, Holanda, Inglaterra, Suiza, Noruega, Hungría e incluso en Estados Unidos.
Las epidemias de ergotismo tipo gangrenoso (ver posteriormente) se extendieron por toda Europa, especialmente por Francia, durante varios siglos. Por el contrario, en el este de Europa (Alemania y Rusia) predominó el ergotismo de tipo convulsivo. Entre 1581 y 1889, se registraron más de 65 epidemias de ergotismo convulsivo en Europa: 29 en Alemania, 11 en Rusia, 10 en Suecia, 4 en Italia y otras en Finlandia, Holanda, Inglaterra, Suiza, Noruega, Hungría e incluso en Estados Unidos2,5.
Las epidemias comenzaron a declinar en el siglo XIX. La prevalencia disminuía a medida que aumentaba el conocimiento sobre el hongo, principalmente a través de la implementación de regulaciones y los avances en los procedimientos de producción del pan (harinas). No obstante, en el siglo XX y principios del XXI se detectaron brotes en zonas de elevada pobreza6.
Durante el siglo XX, entre 1926-27 se registraron 11.319 casos de ergotismo en una población de 560.000 personas en Sarapol cerca de los montes Urales. Otros brotes epidémicos aparecieron en Inglaterra (1928), Irlanda (1929), Francia (1951), India (1975), y Etiopia (1977-78 y 2001)4,6-7.
La última epidemia europea de ergotismo (brote) se registró en Francia en 1951 cuando un panadero de Point Saint-Espirit cerca de Avignon, tratando de evadir impuestos compró un cargamento con harina contaminada; el pan elaborado afectó a cientos de personas y causó varias muertes4,7 (Foto 1).
Fuera de Europa, el último brote de ergotismo convulsivo se registró en la India en 1975 cuando resultaron afectadas 78 personas. El último brote de ergotismo gangrenoso se registró en Etiopía en 1977-1978 y afectó a 140 personas, con una mortalidad del 34%4,6-7.
En otro orden, también se han producido brotes importantes en el ganado en Australia (1987), Estados Unidos (1996), Sudáfrica (1996-1997) y Brasil (1999); a diferencia de los casos en humanos, no parecen estar sujetos al desarrollo económico de la zona afectada6.
Situación en España
Durante la Edad Media el cornezuelo debió ser un hongo frecuente en los campos de centeno, sobre todo en el norte de España (zonas más húmedas). Aunque no conocemos referencias concretas a intoxicaciones producidas en nuestro país, sí que debieron producirse, pues la Orden Hospitalaria de San Antonio fundaron en distintos lugares hospitales para atender a los enfermos de ergotismo2,5.
En el siglo XII en Castilla y desde el siglo XIII en Navarra, los Antonianos establecieron dos grandes encomiendas generales que cubrían todos los reinos de la península ibérica. En 1791, la Orden fue disuelta por mandato del Rey Carlos III, repartiendo los bienes de la Orden entre diversas instituciones religiosas y civiles encargadas en la atención de los enfermos; los monjes pasaron a integrarse en la Orden de San Juan de Jerusalén, hoy Orden de Malta.
El lugar elegido para establecer el primer convento español de la Orden fue Castrojeriz (Burgos). Fundado por Alfonso VII en 1146, se convirtió en la casa madre de la orden en España y en la Encomienda de Castilla, de cuya jurisdicción dependían Andalucía, Portugal y América. El convento disponía de un espléndido santuario y un hospital especializado en la curación del “fuego de San Antón” (Foto 2)8. Bajo esta encomienda dependían los hospitales de San Antón de Salamanca, Toro y Benavente, entre otros muchos.
La otra casa importante de la orden estaba situada en Olite con jurisdicción sobre Navarra, Aragón, Valencia, Baleares, Cataluña, el Rosellón y Cerdeña. Aunque se desconoce la fecha exacta de su fundación, en 1274 estaba ya constituida la encomienda de San Antón en Olite (hoy convento de las Clarisas de la ciudad)8.
A Salamanca los Antonianos llegaron hacia 1230 y se establecieron en unos terrenos que, pasado el tiempo, quedaron próximos a la majestuosa iglesia de San Esteban de los Padres Dominicos construida posteriormente. Los monjes, aunque vivían de la caridad, pidiendo limosna, pronto tuvieron grandes privilegios en toda Castilla, quedando libres de tributo y sometidos sólo a la autoridad del Papa. Entre sus privilegios, podían disponer de cerdos sueltos por las calles que eran alimentados por los vecinos y su carne se utilizaba para abastecer el hospital o ser puesta a la venta para obtener dinero. Este es el origen del tradicional cerdo de san Antón, costumbre que aún se conserva en La Alberca (conocido pueblo de la sierra salmantina).
Pocos datos se tienen del Hospital de San Antonio Abad de Salamanca. Se sabe que su mala construcción y los muchos años, provocaron que su iglesia tuviera que reedificarse (1697-1710). Cuando en España la orden fue disuelta sus rentas pasaron al Hospital General de la Santísima Trinidad. Ningún resto arquitectónico ha llegado del hospital de san Antón a nuestros días, pues fue derribado en los primeros años de la década de 1940 (Foto 3).
Formas de presentación
El fuego de San Antonio se presenta fundamentalmente bajo dos formas: convulsivo (ergotismus convulsivus) y gangrenoso (ergotismus gangraenosus). Mientras que la forma convulsiva era más frecuente en la Europa al este del Rhin (sobre todo en Alemania), la gangrenosa lo fue al oeste del mencionado río (especialmente en Francia). Ambos tipos se pueden dar al mismo tiempo, pero raramente ello sucedió. También existió una forma gastrointestinal o entérica6,7. Estas diferencias se han atribuido a factores como las diferentes especies de Claviceps, con distinta composición de alcaloides.
Otra clasificación, divide las formas de presentación en agudas (convulsivas) y crónicas (gangrenosas).
Ambos tipos de ergotismo mostraban un desarrollo inicial similar, caracterizado por un periodo de enfermedad vaga con síntomas gastrointestinales y sensaciones extrañas de hormigueo y dolor local en los miembros. Cuando la enfermedad progresaba, cada tipo mostraba distintas manifestaciones.
La variante convulsiva se caracteriza por el desarrollo de delirios, alucinaciones y espasmos musculares (síntomas epileptiformes y convulsiones nerviosas). En la forma gangrenosa los síntomas comenzaban con un intenso y repentino frío en las cuatro extremidades que se convertía en un intensa quemazón o ardor (era el fuego sagrado o ignis sacer). Las víctimas que sobrevivían habitualmente quedaban mutiladas, incluso de todas sus extremidades. La mortalidad alcanzaba al 10-20% de los afectados7.
En el año 857, los Annales Xantenses (Xanten, Alemania) mencionan por vez primera el ergotismo gangrenoso: “Los enfermos atormentados por dolores atroces lloraban en los templos y en las plazas públicas; esta enfermedad pestilencial gangrenosa, corroía los pies o las manos y alguna vez, la nariz o las orejas. Comenzaba con escalofríos en brazos y piernas, seguido de una angustiosa sensación de quemazón. Parecía que las extremidades iban consumiéndose por un fuego interno se tornaban negras, arrugadas y terminaban por desprenderse, como si las hubiesen cortado con un hacha. La inmensa mayoría sobrevivía, eso sí, quedando mutilados y deformados enormemente por la pérdida incluso de los cuatro miembros”2.
Cuando la enfermedad atacaba a las mujeres embarazadas, las producía irremediablemente el aborto, incluso en los casos más leves. De hecho, en las antiguas culturas orientales ya utilizaban lo que llamaban “granos negros del centeno” para provocar el parto5.
San Antonio Abad y la Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio
Antonio nació en Quuman el-Arus (Coma), en el medio Egipto (251-356), en el seno de una familia de terratenientes cristianos de la que heredó una gran fortuna. Al cumplir los 20 años vendió todas sus posesiones y pertenencias, las regaló a los pobres y se retiró al desierto donde llevo una vida ascética, siendo allí reiteradamente tentado por el maligno. Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, siendo considerado el fundador de la tradición monacal cristiana. Se afirma que vivió 105 años. Su tumba permaneció desconocida hasta que, según la leyenda, un pájaro blanco de pico rojo indicó el sitio exacto y con la ayuda de dos leopardos fue desenterrado en el año 531 siendo sus restos depositados en Alejandría. En 663 con motivo de la revuelta de los egipcios contra el emperador bizantino Heraclio sus restos fueron conducidos a Constantinopla. Durante las cruzadas, en 1070, las reliquias fueron llevadas a una abadía en Vienne (Francia) a unos 20 Km de Lyon. Sobra señalar la probable naturaleza apócrifa de toda esta historia3,4.
Su culto empezó a extenderse a finales del s. XI cuando se fundó la Orden Hospitalaria de San Antonio para ayudar a los enfermos que sufrían la enfermedad entonces conocida como “fuego sacro”, y que por entonces pasó a denominarse “fuego de San Antonio”.
La imagen de San Antonio Abad o San Antón se reconoce con facilidad en todas las iglesias, ermitas o lugares sagrados, porque se le representa como un anciano con barba cubierto con un capote oscuro que lleva dibujada una T en su hombro, apoyado en un bastón del que, a veces, cuelga una campanilla; en ocasiones sujeta un libro en su mano izquierda y casi siempre va acompañado por un cerdo (Foto 4). Como entre los milagros, destaca la curación de la enfermedad conocida como Fuego de San Antonio, a menudo también se le representa con una llama o fuego a su lado.
El 17 de enero, la iglesia celebra su festividad; San Antón como popularmente se le conoce en todos los pueblos de España es el protector de los animales y mascotas, siendo costumbre en los ambientes rurales que se lleven a cabo en ese día ritos para conservar la salud de los animales. En esta fiesta las cofradías que llevan el nombre del santo rifan un cerdo (el marrano de San Antón es muy conocido en la sierra salmantina) y usan el dinero recaudado para fines benéficos.
En 1090, Gastón, señor de Valloire, prometió ante la tumba del santo usar su fortuna para ayudar a los enfermos de ergotismo si su hijo Gerín sanaba. El milagro se obró y con el dinero aportado se construyó un hospital (1095). En 1093 se funda en Francia, en la localidad de Vienne (próxima a Lyon), la Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, también conocidos como los Hospitalarios u Orden de los Antonianos cuya misión era cuidar a los enfermos de peste, lepra y escorbuto, epidemias que en ese momento azotaban Europa, y además paliar los efectos del ergotismo, una terrible y misteriosa nueva enfermedad. La Orden fue reconocida formalmente por el Papa Bonifacio VIII en 1297 bajo la regla monástica de San Agustín, ligándola directamente a la autoridad de la Sede Apostólica2,4,8.
Desde 1095 y hasta el siglo XVI se fundaron cerca de 400 hospitales por toda Europa (Francia, Suiza, Alemania, Italia, España, Austria, Países Bajos, Inglaterra, Suecia, Hungría, Chipre, Grecia y Ucrania) llegando estos hasta Constantinopla y Etiopía2,8. En España, los más significativos se levantaron en Castrojeriz (Burgos) y Olite (Navarra). El hospital medieval cumplía tres funciones: hospicio para pobres, albergue de peregrinos y hospital en el sentido actual, un lugar donde se cuidaba de los enfermos y los convalecientes; los hospitales de los Antonianos se especializaron en el Fuego de San Antonio.
A partir del siglo XVII comienza a decaer su importancia y, en el siglo XVIII, cuando la enfermedad retrocede, la orden de los Antonianos declina. Una Bula del Papa Pio VI la fusionaba con la actual Orden de Malta, desapareciendo de toda Europa8.
Tratamiento y prevención
¿Qué hacían los enfermos contra el fuego de San Antonio? Pues rezar, llevar amuletos benditos e ingerir infusiones de yerbas, aunque la enfermedad seguía matando y mutilando a muchos seres humanos.
Hasta fines del siglo XVI, los enfermos peregrinaban al santuario y hospitales de San Antonio. Allí recibían los cuidados de los frailes antonianos, que vestían un hábito oscuro donde resaltaba un claro distintivo: una T de color azul sobre el hombro del hábito (la decimonovena letra del alfabeto griega; posteriormente llamada cruz Tau). Es probable que esa T quisiera simbolizar las muletas que portaban los enfermos en busca de ayuda9.
En los hospitales de los Antonianos, los enfermos no eran alimentados con pan de centeno contaminado, sino con pan blanco de trigo. Al dejar de consumir pan contaminado muchos de los enfermos sanaban. Por otro lado, mientras los pacientes con ergotismo convulsivo sólo podían estar nueve días en el hospital, los que tenían ergotismo gangrenoso no tenían límite de tiempo para su estancia2.
En resumen, las principales virtudes de los hospitales dedicados a san Antonio Abad eran la comida saludable, dado que se alimentaba a los pacientes con pan que no estaba hecho de centeno, y el cuidadoso vendaje que se daba a los muñones de los miembros perdidos.
Estos hospitales, también llamados “de los desmembrados”, contaban con médicos y cirujanos titulados en Salerno, Padua o Montpellier. Los cirujanos eran muy hábiles en la amputación de extremidades, varios siglos antes del empleo de la anestesia y estaban muy bien pagados. Los miembros resecados eran colgados en los portales de entrada a los hospitales2. Así en el hospital de la Orden de San Antonio de Vienna, ya bien avanzado el siglo XVII, poseía una buena colección de miembros, unos blanqueados y otros ennegrecidos, recuerdo de los enfermos que allí habían recibido asistencia9.
Un claro ejemplo de la amputación realizada en los hospitales de desmembrados lo tenemos en el Manual de Cirugía de Campaña de Gersdorff (1480-1540), publicado en 1517 (Foto 5). En él se observa un enfermo sentado al que están cortándole con una sierra una pierna, por debajo de la rodilla. La sangre cae en el interior de una tina. A la derecha, en segundo plano, un personaje con la mano amputada muestra la T propia de los Antonianos sobre el pecho9.
Durante la Edad Media los peregrinos realizaban el camino de Santiago por diversos motivos, desde purgar los pecados a realizar su penitencia o castigo impuesto por la Iglesia por determinados delitos, que variaban según la gravedad de los mismos en la duración y distancia a recorrer el camino hasta, en el peor de los casos, arrastrar cadenas o ir desnudos.
Otro motivo frecuente, en la Edad Media, para peregrinar a Santiago de Compostela era buscar alivio o cura al Fuego de San Antonio. De hecho, se convirtió en el único método “preventivo” por entonces conocido. Su explicación es fácil de entender y lo volvemos a recordar: el ergotismo lo producía el consumo prolongado del pan de centeno contaminado por el hongo cornezuelo y en los hospitales antonianos (ej. Castrojeriz) muchos enfermos se curaban al ofrecerles trigo candeal, libre del referido hongo. No obstante, cuando regresaban a su casa, después de la peregrinación, volvían a caer enfermos y de nuevo se repetía la agonía.
La primera política de salud pública frente a estas epidemias llegó en 1778, cuando el abate Henri-Alexandre Tessier tras observar la enorme epidemia que asoló Sologne (Francia), en la que murieron 8.000 personas, recomendó: “separar el hongo del grano, consumir pan blanco de trigo y sustituir el cultivo del centeno por patata americana”2,4,10.
Posteriormente, el control de las epidemias del fuego de San Antonio fue relativamente sencillo, en cuanto se comenzó a prevenir la ingestión de centeno contaminado, medida que fue bien aceptada por la población.
Ergotismo y ciencia (Tabla 2)
Etiología del ergotismo
La primera referencia sobre el ergotismo aparece en una tabla de arcilla asiria (600 a C) que se refiere a esta enfermedad como la “pústula nociva en la espiga del grano”, es decir ya conocían sus efectos nocivos4.
En la Edad Media, esta y otras enfermedades se entendían como el resultado de un comportamiento humano pecaminoso o como maldiciones divinas. Por tanto, las personas buscaban protección o una curación milagrosa en los santos y la Iglesia.
Aunque en 1125 ya se sugiere que el ergotismo estaba causado por los granos contaminados, no es hasta 1596 cuando W. Thelius, un médico alemán, después de una epidemia de ergotismo en el Reino de Hesse, atribuye por primera vez que la causa de la enfermedad era el consumo del grano contaminado5.
Un año después, en 1597, la Facultad de Medicina de la Universidad de Marburgo (Alemania) investigando los orígenes del ergotismo, llegó a la conclusión de que era exclusivamente debida a la ingestión de pan elaborado con harina de centeno contaminada por el cornezuelo del centeno, Secale cornutum, que es el micelio de un hongo, Claviceps purpurea, que se desarrolla sobre todo los años húmedos, en las espigas del centeno, suplantando a un grano que resultaba destruido al desarrollarse este hongo. Su color es negro violáceo y con una forma que se ha comparado al “espolón de un gallo”9 (Foto 6A).
En este tiempo el pan se hacía con trigo, centeno o cebada, y en los comercios se vendía pan blanco, de mejor calidad -reservado para los ricos-, y pan negro, de peor calidad y que podía estar elaborado con semillas de centeno mezcladas con esclerocios de Claviceps purpurea y que comían las clases más pobres5.
Caspar Schwenkfeldt (Polonia, 1600) pensó que la melaza del centeno era la causa de las epidemias de ergot. Durante una epidemia de ergotismo en Sologne (Francia, 1630), Tullier hizo una investigación experimental en animales dando “córnea nigra” a pollos, gansos y cerdos: todos murieron; lamentablemente, no publicó sus resultados. En 1676, Dodart con la ayuda del hijo de Tullier, resuelven los problemas de la epidemiología y causa del ergotismo gangrenoso. Johann Brunner (Leipzig, Alemania), describió en 1695 el origen del tipo convulsivo. La causa era el hongo Claviceps purpurea, productor de ergot que infecta el grano de los cereales, con mayor frecuencia del centeno10.
Las epidemias de ergotismo se daban en zonas con inviernos fríos y húmedos, a los que seguían primaveras calurosas y en donde habitualmente se comía pan de centeno, máxime en tiempo de hambruna. Por eso las temporadas húmedas y cálidas eran propicias para que esos hongos filamentosos crecieran en los campos de cereal o sobre las semillas almacenadas. El grano y los esclerocios molidos pasarían a las harinas utilizadas en la elaboración del pan y la contaminarían con alcaloides tóxicos5,9. Actualmente sabemos que estos hongos producen metabolitos secundarios (micotoxinas y alcaloides) que al ser ingeridos en los alimentos contaminados conducen a una grave toxicidad.
Fecha |
Evento/autor |
Aspecto significativo |
600 a. C. |
Libro de los Parsees (400-300 a. C.) |
El ergotismo y sus efectos tóxicos son conocidos por los asirios |
370 a. C. |
Hipócrates |
Se refiere al cornezuelo como melanthion (uso para reducir la hemorragia postpartum) |
40-90 d. C. |
Dioscórides |
Tratamiento de la hemoptisis |
1090 |
Gastón de Valloire (noble francés) |
Dona su fortuna para la construcción de un hospital monográfico (Vienne, Francia) |
1093 |
Fundación orden Antonianos |
Denominación fuego de San Antonio |
1095 |
Primer hospital de San Antonio |
Hospital cerca de la abadía de San Antonio en Vienne* Hospital de los desmembrados |
1146 |
Primer convento-hospital en España |
Castrojeriz (Burgos). Fundado por Alfonso VII |
1582 |
Adam Lonitzer (alemán) |
Primero en mencionar el ergot como estimulante de las contracciones uterinas |
1596 |
W. Thelius (médico alemán) |
Atribuyó la enfermedad al consumo de grano contaminado |
1597 |
Facultad de Medicina de Marburgo |
Origen del ergotismo (hongo) |
1670 |
Thullier (médico francés) |
Relacionó el ergotismo con el consumo de cornezuelo del centeno |
1676 |
Dodart (francés) |
Describe la causa del ergotismo gangrenoso |
1695 |
Brunner (alemán) |
Describe la causa del ergotismo convulsivo |
1778 |
Henry-Alexander Tessier (abad) |
Primeras medidas profilácticas (cultivar papas en lugar de centeno y limpieza del grano) |
1822 |
John Stearns (EE. UU.) |
Primera comunicación como agente uterotónico |
1824 |
David Hosack (EE. UU.) |
Manejo en las hemorragias postparto |
1868 |
Woakes |
Tratamiento de la migraña |
1906 |
Desconocido |
Síntesis del primer alcaloide del ergot, la ergotoxina |
1918 |
Arthur Stoll (Suiza) |
Aislamiento de la ergotamina |
1935 |
John Chassar Moir (Escocia) |
Obtención de la ergometrina |
1938 |
Albert Hofmann (Alemanía) |
Sintetizó la ergobasina y la dietilamida del ácido lisérgico (LSD, por sus siglas en alemán) |
1943 |
Albert Hofmann (Alemanía) |
Descubre los efectos alucinógenos del LSD |
*Desde 1095 y hasta el siglo XVI se fundaron cerca de 400 hospitales por toda Europa, llegando hasta Suecia, Ucrania, Etiopía, Constantinopla, Chipre y Grecia
En el siglo XVIII, algunos médicos europeos descubrieron que pequeñas dosis de ergot eran capaces de provocar contracciones espásticas del útero, sin llegar a la intoxicación de las pacientes, con lo cual el cornezuelo pasó a engrosar el arsenal terapéutico, si bien con una indicación muy restringida en obstetricia. Su máxima difusión como medicamento fue en Norteamérica, en que gracias a la poderosa contracción uterina ejercida por su administración hizo que se le utilizara en las hemorragias postparto9.
Nomenclatura del cornezuelo del centeno (Claviceps purpurea)
El nombre científico del cornezuelo del centeno es Claviceps purpurea. Se trata de un hongo parásito del género Claviceps, que consta de más de 50 especies. Todas pueden afectar a una gran variedad de cereales y hierbas, aunque el huésped fundamental es el centeno. Tiene un interesante ciclo biológico, que se escapa al propósito de este artículo5,7.
La primera ilustración del cornezuelo del centeno (entonces denominado Secale luxurians), fue publicada por Caspar Bauhin en el libro Theatri Botanici, impreso en Basilea (Suiza) en 1658. Conjuntamente, en el libro alemán de Plantas Medicinales de Franz E. Köhler de 1887, se aprecia una ilustración de todas las fases del ciclo de Claviceps purpurea (Fotos 6B y C).
Sin embargo, existen hallazgos mucho más antiguos relacionados con Claviceps purpúrea, como aquellos que provienen de yacimientos neolíticos en los que se han encontrado restos de este hongo, como los alemanes de Langweiler o Eberdingen-Hochdorf. También se han encontrado en restos humanos momificados de la Edad del Hierro, como los del hombre de Grauballe (Dinamarca), en cuyo estómago se hallaron esclerocios probablemente debidos a consumo accidental7.
La nomenclatura del cornezuelo del centeno es muy confusa, debido a su historia y a la multitud de sinónimos que se han usado para nombrarlo en distintas regiones y en diferentes lenguas. El epíteto más usado en nuestro país en castellano ha sido el de “cornezuelo del centeno”, si bien también se han empleado los de “cornatillo”, “espolón de centeno”, “tizón de centeno” y “moro de centeno”. Fuera de España, se le conoce por su nombre francés “ergot”, término que deriva de “argot” y que significa espolón de gallo2,5.
Usos medicinales
El cornezuelo tiene la propiedad fisiológica esencial de provocar la contracción de las fibras musculares en especial las lisas (útero, vasos sanguíneos), de aquí sus usos medicinales.
En el año 370 a. C. Hipócrates se refirió al cornezuelo como melanthion destacando su uso para reducir la hemorragia postpartum. Se ha sugerido que las numerosas recomendaciones para usar harina de cebada cocida y mezclada con agua como bebida para adelantar el parto podrían deberse a la presencia de cornezuelo en la cebada7.
Las recomendaciones de Dioscórides (40-90 d. C.) para el tratamiento de la hemoptisis era tomar harina de trigo cocida con agua, ello podría ser indicativo de la ergotización del trigo, dado su efecto vasoconstrictor7.
La primera descripción occidental del uso medicinal del ergot la hizo el alemán Adam Lonitzer en 1582 como estimulante de las contracciones uterinas, pero poco después se descubrió su potencial efecto nocivo sobre la madre acarreando riesgo de muerte por contracción uterina prolongada antes del parto y rotura uterina. Su uso obstétrico en EE. UU. se relaciona con John Stearns (1822) y David Hosack (1824) en el control de las hemorragias post parto. A partir de 1868 Woakes la introdujo en el tratamiento de las migrañas4,10.
A partir de estas indicaciones se intensificaron los esfuerzos para la síntesis química del cornezuelo que pudiera permitir una administración clínica no errática a diferencia de los preparados macerados. En 1906 se sintetizó el primer alcaloide del cornezuelo, la ergotoxina. En 1918, el bioquímico suizo Arthur Stoll (1887-1971) aisló la ergotamina. En 1935, los británicos H. Ward Dudley y John Chassar Moir (1900-1977) aislaron la sustancia a la que el ergot debía sus propiedades uterotónicas y la denominaron ergometrina4,11,12.
En 1938, el químico alemán Albert Hofmann (1906-2008), trabajando en los laboratorios Sandoz de Basilea (Suiza), sintetizó la ergobasina (Foto 7). Continuando con la síntesis de derivados del ácido lisérgico, el compuesto número 25 de la serie fue la dietilamida del ácido lisérgico (LSD, por sus siglas en alemán), que se indicó para uso terapéutico en trastornos psiquiátricos. En 1943, encontró que tenía un efecto alucinógeno muy potente; pues accidentalmente experimentó personalmente sus propiedades alucinógenas al absorber por vía cutánea una pequeña dosis.
La sorprendente amplia gama de aplicaciones farmacéuticas de los alcaloides de Claviceps se debe a su acción específica sobre receptores de tres diferentes neurotransmisores: serotonina, dopamina y adrenalina. Hay por lo menos doce moléculas basadas en la estructura del ácido lisérgico, como la ergotamina y la ergometrina (Foto 8). Aún hoy la ergotamina, un poderoso vasoconstrictor, se usa para el tratamiento de crisis migrañosas (jaquecas) y la ergometrina es parte del arsenal terapéutico de la hemorragia postparto si bien ha sido desplazada por la oxitocina por su mayor seguridad.
Usos no medicinales
En la antigua Grecia se ha relacionado a Claviceps purpúrea con los Misterios de Eleusis, ritos en honor de Deméter (Ceres en la cultura romana), la diosa de la agricultura. En estos cultos, con más de cuatro mil años de antigüedad se consumía una bebida llamada “kykeon” pócima en cuya composición secreta se ha sugerido que pudiera encontrarse el cornezuelo7,13.
El cornezuelo del centeno también se usó tempranamente como arma biológica, al ser empleado por los asirios (siglo VI a. C.) para envenenar los pozos de agua de los enemigos4,5.
Finalmente, y sin mayores comentarios, el hecho de que la intoxicación por el cornezuelo del centeno producía abortos, era ya conocido por las mujeres que en la antigüedad hacían las veces de comadronas.
El ergotismo actual
Hoy el ergotismo no está relacionado con las intoxicaciones alimentarias de antaño. Actualmente los casos reportados, generalmente aislados, están relacionados con el uso terapéutico de ergotamínicos; es decir estamos ante un ergotismo iatrogénico14.
Existen descritos tres tipos de intoxicación por ergotismo: a) aguda o secundaria a mecanismo alérgico, b) aguda debida a dosis excesiva, y c) crónica por tratamiento prolongado a dosis terapéutica (dosis pequeñas, pero repetidas). La última forma es la presentación más frecuente15,16.
La intoxicación aguda, presenta trastornos vasomotores (hormigueos en los miembros, vértigos, pulso débil y lento, insensibilidad); después de un verdadero estado tetánico con períodos de depresión, torpeza, delirio alucinatorio, la muerte sobreviene precozmente por asfixia. En la intoxicación crónica predominan los signos necróticos a nivel de las partes distales (nariz, orejas, dedos), los cuales pueden finalizar en gangrena debida a la intensa contracción de las arteriolas (y trombosis).
Actualmente la toxicidad crónica por el cornezuelo de centeno o ergotismo es una excepcional causa de isquemia de las extremidades inferiores, existiendo poca literatura al respecto. Su incidencia se estima (nivel de toxicidad) en pacientes que usan alcaloides del cornezuelo de centeno en el 0.001-0.002%17. En los últimos 30 años hemos encontrado 8 casos de isquemias en EE.II por ergotismo publicados por autores españoles (2 por Cairols y cols 1991; 1 por Gallo y cols 2002; 4 por Dilmé-Muñoz y cols. 2003; y 1 por Pérez Burkhardt 2004)18-21.
Los efectos secundarios vasculares asociados a la toxicidad por ergotamina pueden deberse a dosis terapéuticas en pacientes con hipersensibilidad, a interacciones farmacológicas con otros medicamentos o por sobredosis17. Los anticonceptivos orales, el propranolol, los derivados de xantina, los agentes antivirales y antirretrovirales y los antibióticos (incluyendo eritromicina, claritromicina y ampicilina) que afectan el metabolismo de la ergotamina en el hígado puede aumentar los efectos e inducir toxicidad. El abuso de drogas estimulantes como la cocaína están estrechamente relacionados -interacciones- con los trastornos cardiovasculares asociados a la ergotamina. La cafeína, al igual que el cigarrillo, contiene ergot y también deben ser tomados en cuenta. Por todo ello, profundizar en el historial médico de estos pacientes (buscando interacciones medicamentosas) es de gran importancia para obtener un buen diagnóstico15.
El mecanismo de acción de la ergotamina es complejo. La molécula comparte similitudes con neurotrasmisores como la serotonina, la dopamina o la adrenalina; de este modo se puede ligar a varios receptores actuando como agonista o antagonista en diferentes circuitos neuronales. Los principales efectos de los alcaloides del cornezuelo son la estimulación del músculo liso, la actividad simpática central y el bloqueo alfa-adrenérgico periférico. Por estos mecanismos la isquemia vascular por ergotamina está inducida a través de una vasoconstricción y formación de trombos15,16.
Clínicamente, el ergotismo puede comenzar por una fase de claudicación intermitente de las extremidades inferiores. Estos procesos suelen ser simétricos, aunque se han informado de casos unilaterales.
Aunque las arterias de las extremidades inferiores son las más frecuentemente afectadas también se han notificado en otros sectores arteriales: aorta, iliacas, femorales, miembros superiores incluidas arterias digitales, carótidas, tronco celiaco, mesentéricas, esplénicas, renales, coronarias y arterias retinianas20. También se pueden producir trombosis venosas. Las enfermedades de Buerger y Raynaud, entre otras, deben ser consideradas en el diagnóstico diferencial, no obstante, los antecedentes clínicos y hallazgos angiográficos difieren de la intoxicación por ergotamina.
El tratamiento suele ser conservador (no quirúrgico) y comienza con la retirada del fármaco que contiene ergotamina. Habitualmente se emplean fármacos vasodilatadores, antiagregantes plaquetarios, prostaglandinas, antitrombóticos y/o anticoagulantes por diferentes rutas (incluso intraarterial). El espasmo arterial generalmente se resuelve con tratamiento médico. En raras ocasiones, cuando la clínica persiste, la dilatación intraarterial con balón puede ser de utilidad, así como los procedimientos de simpatectomía quirúrgica o química; si bien, estos se deben reservar para casos que evolucionan a dolor en reposo o gangrenas menores17,22. Mientras la cirugía de revascularización es anecdótica, las amputaciones a diversos niveles pueden ser necesarias20. En cualquier caso, no existen protocolos estandarizados.
Ergotismo y arte (Tabla 3)
Las epidemias, como parte de la historia, siempre han estimulado y desde numerosos ámbitos la producción intelectual y artística del hombre. De las siete bellas artes (arquitectura, escultura, pintura, música, literatura, danza y cine) y otras artes mayores y menores (teatro, grabados, orfebrería, etc.) existen bastantes alusiones directas o indirectas al ergotismo.
Es muy significativo como en la Edad Media y el Renacimiento, muchos artistas plasmaron en sus obras los efectos de las epidemias del Fuego de san Antonio, gracias a ello disponemos material iconográfico al respecto23.
De otro lado, es sabido que los alcaloides del cornezuelo del centeno son parientes cercanos del LSD, sustancia que ha tenido influencia en la música, literatura o pintura psicodélicas de algunos artistas de la segunda mitad del siglo XX.
Arquitectura
En Castrojeriz (Burgos), se levantó el primer edificio español de la orden francesa de los Antonianos (Real Hospital y Monasterio de San Antón). Hoy está en ruinas, pero durante su visita se puede apreciar como poseía un espléndido santuario y un hospital, especializado en el “fuego de San Antón” (Foto 2).
Fue fundado por el Rey Alfonso VII de Castilla en el año 1146, en terrenos que fueron del Rey Pedro I. Los restos que actualmente se ven, góticos tardíos (s. XV), datan de la reforma que sufrió en el siglo XIV. Posteriormente, con la Desamortización de Mendizabal (s. XIX), pasó a manos privadas que llegaron a cerrar su acceso y paso a los peregrinos. Desde 2002 está alquilado a un particular, que dirige un albergue (gratuito) en las inmediaciones de los restos.
Escultura
En el valle oscense de la Garcipollera existe una magnífica iglesia de estilo románico, la Santa Mª de Iguacel (1040), donde en uno de los canecillos bajo los aleros de la iglesia se muestra una pierna, a modo de “exvoto”8(Foto 9). Con el mismo significado, en la iglesia igualmente románica de Javierrelatre (Huesca) se han identificado dos canecillos relacionados con el ergotismo: Un demonio está devorando el pie de una extremidad y otro demonio está comiendo un pan “de centeno”8(Foto 10).
Pintura
Un tema recurrente en muchas obras pictóricas han sido las tentaciones de San Antonio Abad24-26, que incluso han llegado a nuestros días en una de las obras surrealistas de Salvador Dalí (1904-1989).
Fecha |
Denominación |
Arte |
Denominación o aspecto más significativo |
1021 |
Primeros bailes |
Danza |
Iglesia de Cölbigk, en un pequeño pueblo de Sajonia |
1040 |
Iglesia de Iguacel (Huesca) |
Escultura |
Canecillos románicos (ex voto de una pierna) |
1146 |
Castrojeriz (Burgos) |
Arquitectura |
Ruinas del Real hospital y monasterio de San Antón |
11?? |
Iglesia de Javierrelatre (Huesca) |
Escultura |
Canecillos románicos (demonio devorando un pie) |
1247 |
Erfurt (Alemania) |
Danza |
|
1297 |
Abadía de San Antonio |
Arquitectura |
Abadía amurallada gótica, donde están los restos de San Antonio Abad |
1374 |
Bailes |
Danza |
Detectadas en diferentes ciudades del Valle del Rhin |
1360-75 |
Maestro de Rubio |
Pintura |
Retablo de San Antonio Abad. Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona |
1501 |
Hyéronymus Bosch “El Bosco” |
Pintura |
Las tentaciones de San Antonio Abad. Museo Nacional de Arte Antiguo, Lisboa |
1510-15 |
Hyéronymus Bosch “El Bosco” |
Pintura |
Las tentaciones de San Antonio Abad. Museo del Prado, Madrid |
1512-16 |
Matthias Grunewald |
Pintura |
Retablo de Issenheim. Museo de Unterlinden, Colmar (Francia) |
1518 |
Baile de Estrasburgo |
Danza |
400 personas bailando de forma compulsiva hasta la extenuación |
1559 |
Pieter Bruegel el Viejo |
Pintura |
La batalla entre la Cuaresma y Carnaval. Kunsthistorisches Museum. Viena |
1566 |
Pieter Bruegel el Viejo |
Pintura |
El baile nupcial. The Detroit Institute of Arts |
1568 |
Pieter Bruegel el Viejo |
Pintura |
Los mendigos (Los lisiados). Museo del Louvre. París |
1912 |
Ernest Board |
Pintura |
La abadía de San Antonio, Sologne (Francia) |
1946 |
Salvador Dalí |
Pintura |
Las tentaciones de San Antonio. Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica |
1951 |
The Wal Disney Company |
Cine |
Alicia en el país de las maravillas |
1952 |
Arthur Miller |
Literatura (teatro) |
Las brujas de Salem (Juicio de las bujas de Salem, Massachusetts, EE. UU.) |
1967 |
The Beatles |
Música |
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Lucy in the Sky with Diamonds) |
2002 |
Luis M. García Maña |
Literatura |
El Fuego de San Antonio (novela) |
2011 |
Gerardo Carrera |
Literatura |
El Fuego de San Antonio (poemario) |
2012 |
Serie de TV |
Cine-TV |
Toledo cruce de caminos (capítulo 6: El fuego de San Antonio) |
2013 |
J Ramón Gómez Fernández |
Literatura |
Ignis Sacer (histórico) |
2016 |
José Sánchez Calderón |
Literatura |
El Fuego de San Antón (novela) |
Se atribuye al maestro de Rubio (pintor anónimo catalán), un retablo dedicado a San Antonio Abad (para algún lugar hoy desconocido) pero que está, actualmente, expuesto en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Se trata de una obra medieval, gótica (1360-1375) pintada al temple y con dorados sobre tabla (173,5 x 176,3 x 11,5 cm). En uno de sus fragmentos se puede apreciar a un fraile antoniano atendiendo a los enfermos del fuego de San Antonio (Foto 11).
Hiéronymus Bosch “El Bosco” (1452-1516) nacido en Flandes actualmente los Países Bajos, nos ha dejado numerosas representaciones de miembros gangrenados, hombres mutilados, y alegorías a alucinaciones con objetos voladores. Una de sus pinturas más conocidas es el tríptico de “Las tentaciones de san Antonio”, realizado entre 1492 y 1496 (óleo sobre tabla de 131 x 238 cm), que se encuentra en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa. Uno de los numerosos personajes pintados es un tullido a causa del ergotismo o fuego de san Antonio (Foto 12). De este tríptico hay unas 15 copias, totales o parciales, repartidas por museos de todo el mundo. En el museo del Prado de Madrid existe una versión sobre el mismo tema (1510-1515).
El maestro alemán Matthias Grunewald (1470-1528) pintó un sobrecogedor retablo (1512-1516) de gran tamaño (269 cm × 307 cm) para el convento de los hermanos Antonianos de Issenheim (Alsacia). El retablo tiene la particularidad de ser políptico, lo que permitía ilustrar a los fieles distintos periodos litúrgicos. Sobre un altar existen dos alas, que se cierran y abren (hasta alcanzar los 770 cm x 590 cm), permitiendo configurar tres retablos distintos (posición de cerrado, intermedia y retablo abierto). Para nuestros intereses nos interesan dos configuraciones: con el retablo cerrado observamos una “La Crucifixión”, que en opinión de los expertos está considerada como una de las mejores representaciones del Fuego de San Antón, donde la figura de Cristo está pintada con terrible realismo, seguramente copiando los cadáveres fallecidos en el hospital, llamando la atención la flexión de los dedos de Cristo propios de los enfermos con ergotismo. Con el retablo abierto, a la derecha, se aprecia una terrible escena de las “Tentaciones de san Antonio”, poblada de figuras diabólicas y enfermos con ergotismo. Actualmente el retablo se exhibe, por separado, en el museo de Unterlinden de Colmar, Alsacia (Francia) (Foto 13).
Otro pintor flamenco, Pieter Bruegel “el Viejo” (1525-1569) nos muestra en su obra “Los mendigos o los lisiados”, 1568 (Museo del Louvre), extremidades amputadas, donde se han querido ver a los pobres afectos de ergotismo (Foto 14A). En “Lucha entre Carnaval y la Cuaresma”, 1559 (Museo de Historia del Arte de Viena, Austria) nos muestra otra vez a un grupo de tullidos y desmembrados, que posiblemente hayan sufrido y están padeciendo las consecuencias del Fuego de San Antonio (Foto 14B).
Aunque hay muchos más ejemplos, finalmente Ernest Board (1877-1934) en su óleo “La abadia de san Antonio“, representa dicha abadía situada en Sologne (Francia) alrededor de 1912. Se trata de una de las 26 pinturas encargadas por Henry S. Wellcome sobre episodios relacionados con la historia de la medicina y la ciencia. Esta en concreto representa a peregrinos afectos de ergotismo para ser curados por las reliquias de San Antonio (Foto 15).
Música
En las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado, el LSD se puso de moda y los hippies lo popularizaron con el nombre de trippie.
El compositor y cantante británico Eric Burdon se hizo famoso como líder del grupo The Animals (1964). En 1991, grabaron una oda al LSD de Sandoz: “A Girl Named Sandoz” (genéro: rock psicodélico).
Incluso los Beatles le dedicaron una canción al LSD: “Lucy in the Sky with Diamonds”, dentro del famoso álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967). La canción escrita por John Lennon está acreditada a Lennon/McCartney.
Aunque Lennon y los Beatles han sido siempre sinceros sobre el consumo de drogas, durante décadas negaron que “Lucy in the Sky with Diamonds” tuviera algo que ver con la LSD y que las iniciales de la canción eran pura coincidencia. No obstante, “Lucy” es el nombre callejero para la LSD, aunque el término fue inspirado por el título de la canción y no al revés.
En una entrevista a Paul McCartney (BBC, 2 de junio de 2004) donde habló abiertamente sobre su etapa de consumo de drogas, reveló que canciones como “Day Tripper” y “Got To Get You Intro My Life” fueron escritas sobre el LSD y la marihuana. Al preguntarse por “Lucy in the Sky with Diamonds” comentó que era bastante obvio que la canción era sobre una alucinación, pero que la letra estaba inspirada en la obra literaria “Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas”.
Literatura
Una teoría especula que algunas de las jóvenes acusadas en los juicios de las brujas de Salem, en 1692, en Massachusetts (Estados Unidos) consumieron centeno contaminado presentando por ello ergotismo en su forma convulsiva27. Este suceso permitió al dramaturgo y guionista americano Arthur A. Miller (1915-2005) escribir en 1952 “Las brujas de Salem o el crisol” (en inglés: The Crucible), que se convertiría en una famosa obra de teatro, estrenada en Broadway un año después. Aunque basada en los hechos que rodearon los juicios de las brujas en de Salem, Miller escribió sobre el evento como una alegoría de la fiebre persecutoria y represión macarthista que existía en EE.UU en los años de 1950.
Al margen la obra literaria adaptada rápidamente al teatro, los juicios de Salen se convirtieron también en fuente de inspiración para la música (incluso una ópera: The Crucible, 1961), danza (balet), el cine y la TV.
Una sinopsis del hecho sería: “En 1692 el terror se apoderó de Salem (Massachussets), que vivió uno de los capítulos más negros de su historia, cuando varias jóvenes de una comunidad muy puritana empiezan a sufrir convulsiones. Entonces los vecinos de la ciudad, bajo la influencia del reverendo Samuel Parrish, padre de una de las afectadas, llegan a la conclusión de que se trata de un caso de brujería. En diez meses, 19 personas inocentes fueron acusadas de brujería, juzgadas y condenadas a muerte”.
En España se han publicado varios libros relacionados con el ergotismo, entre ellos una novela de Luis M. García Maña “El Fuego de San Antonio” (2002), un poemario de Gerardo Carrera “El Fuego de San Antonio” (2011), un estudio histórico de José Ramón Gómez Fernández “Ignis Sacer” (2013) o la novela de José Sánchez Calderón “El Fuego de San Antón” (2016).
Danza
A mediados de julio de 1518 la señora Troffea se paró en mitad de una calle de Estrasburgo y comenzó a bailar. Siguió bailando todo el día y el siguiente y el de después. No atendía a razones, bailaba y bailaba sin parar. Al final de la semana, otras 34 personas se habían unido a la danza. Cuando acabó el mes, había 400 personas bailando en la ciudad. Esa “epidemia de baile de Estrasburgo” mató cada día a unas 15 personas por ataques diversos o simple extenuación.
No era la primera vez que pasaba. La Nochebuena de 1021, dieciocho personas comenzaron a bailar en la puerta de una iglesia de Cölbigk, un pequeño pueblo de Sajonia. En 1247, un ataque similar ocurrió en Erfut, también en Alemania y poco después 200 personas murieron ahogadas cuando el puente sobre el que bailaban se hundió bajo sus pies en Maastricht, Países Bajos. Durante el siglo XVI, existen descritas decenas de casos por toda Suiza, Francia, Países Bajos y el Sacro Imperio Romano. Como explicación se ha propuesto el ergotismo.
Estas escenas han sido registradas en diferentes grabados y pinturas de la época como “El baile nupcial” (1566) de Pieter Bruegel el Viejo expuesto en el Instituto de artes de Detroit, y sobre todo en “Los Bailarines de San Juan de Molenbeek”, de Pieter Bruegel el Joven (1564-1636), quien pintó en 1592 la danza a partir de los dibujos de su padre; ella ilustra una procesión de bailarines acompañados por gaiteros, llevando a los enfermos para que eviten pisar el puente que cruza el Senne y se dirigen hacia la Iglesia de San Juan Bautista (Foto 16).
Cine
En 1951, la compañía Walt Disney estrenó la película Alicia en el país de las maravillas. Este largometraje de dibujos animados nos muestra cómo la intoxicación con LSD nos lleva a un mundo de micropsia y macropsia. Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, es una novela de fantasía escrita por Charles Lutwidge Dodgson (matemático, fotógrafo y escritor británico), bajo el seudónimo de Lewis Carroll, y publicada en 1865. Existen varias versiones cinematográficas.
En el 2012, la cadena A3 TV estrenó una serie de ficción histórica titulada Toledo cruce de destinos. El capítulo 6 (El Fuego de San Antonio), nos presenta un buen resumen de lo tratado en este artículo (Foto 17B). Una síntesis del argumento es: “El trigo escasea en la ciudad de Toledo y unos cuantos comerciantes extranjeros llegan a la ciudad vendiendo pan de centeno. Al mismo tiempo, una extraña y terrible epidemia se extiende como la pólvora por la ciudad provocando el pánico. Los habitantes de Toledo creen que los extranjeros han traído la peste y el rey Alfonso X “el Sabio” debe declarar una cuarentena en el zoco”.
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Francisco S. Lozano Sánchez, MD, MB, PhD, FICS, FICA, FACA, FACS. Catedrático de Cirugía Vascular de la Universidad de Salamanca. Jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular en el Hospital Universitario de Salamanca. Director del Departamento de Cirugía de la Universidad de Salamanca. Jefe de Investigación en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL). Académico numerario de la Real Academia de Medicina de Salamanca. Académico electo de la Real Academia Nacional de Medicina.